A UN PASO DE LA FRONTERA
Por la mañana y después de haberle insistido en varias ocasiones a Romà que mirase en que estado estaba la cuenta bancaria que habíamos abierto para los gastos del viaje un haz de luz lo iluminó y sin yo decirle nada abrió la aplicación de Abanca en su teléfono. Una cara de espanto, sorpresa y admiración se iluminó en su rostro. No podía ser que hubiésemos gastado tanto en tal solo un mes! Yo ya sabía que los números estarían aproximadamente en lo que la cuenta mostraba, pero él no se lo podía creer. Había que tener en cuenta que habíamos tenido gastos muy elevados con el tema de la naviera, pequeños apaños en la moto, la excursión al volcán (algo que si estás aquí hay que hacerlo sí o sí), el alquiler del coche en Isla de Pascua, el pago de la reparación al rapa nui por el accidente que tuvimos, etc. Pero también hay que tener en cuenta que aunque no malgastamos vivimos bastante "a cuerpo de rey". También es cierto que tanto Chile como Argentina son países bastante caros, incluso más que España. Así que entre una cosa y otra era normal que el presupuesto se hubiese ido al garete.
Los dos hablamos muy seriamente, no podíamo seguir a ese ritmo, si no el viaje lo tendríamos que acortar. Así que decidimos entrar en MODO AHORRO. A partir de ahora se acabaron las cervezas artesanales (costaban entre 2.500 y 4.000 pesos, entre 3'5 y 6 euros) y las comidas en restaurantes. Solo podíamos recortar de ahí ya que los alojamientos siempre nos salían baratos (muchas veces más barato que comer en un restaurante).
Preparamos todo para salir de ruta cuando Lluís se asomó para despedirse de nosotros. Nos deseamos buena suerte en el viaje y nos intercambiamos los teléfonos.
Empezamos la ruta aún con el susto de lo que nuestros ojos habían visto en la cuenta pero rápidamente se nos olvida todo cuando observamos las preciosas vistas que nos acompañan a lo largo del trayecto.
A nuestros pies está el lago "General Carrera" el cual parece estar protegido por unas montañas inmensas encumbradas por los restos de nieve que el verano austral ha dejado sobrevivir.
Desde que hemos salido no nos ha abandonado el terreno es de ripio, hay que ir con cuidado ya que hay muchos agujeros, pero Romà le tiene bien pillado el truco y parece disfrutar encima de la moto.
"Chile Chico", la ciudad donde nos dirigimos, está al otro lado del lago, de hecho hay que bordearlo por carretera para poder llegar aunque también está la alternativa de tomar un ferry.
En cuento llegamos a su vértice, la carretera mejora notablemente, ya no hay tanta gravilla y los agujeros han desaparecido casi por completo. Hay bastantes kilómetros de la carretera que están asfaltados, pero hay que ir concuidado ya que de vez en cuando aparecen tramos de arenisca o gravilla que te puede dificultar la conducción.
Después de parar en varias ocasiones para tomar algunas fotos y de conducir entre paredes de roca gigantescas que han sido cortadas para dar paso a la carretera, con subidas y bajadas, curvas a derecha e izquierda como si de una montaña rusa sae tratase, llegamos a nuestro destino.
Es domingo y "Chile Chico" parece un pueblo desértico. Apenas se ve gente por la calle, lo que si vislumbramos es un supermercado que parece estar abierto. Ese será la piedra inicial donde se construirá nuestro MODO AHORRO.
Vamos deambulando con la moto buscando un alojamiento donde poder quedarnos, cuando de repente un hombre en furgoneta nos aborda y nos da un papel que anuncia un Hostel. Nos dice que es barato y que le sigamos. No nos mentía, 8.000 pesos la noche sin desayuno y con aparcamiento en el mismo recinto para la moto. El sitio parece a medio construir pero tenemos una pequeña habitación para nosotros y por dentro no se ve mal. Ahí nos quedaremos esa noche.
Nos vamos al súper y compramos pollo, chorizo, arroz, cervezas, galletas, chocolate, huevos, plátanos, etc. Todo por 10.000 pesos!
Al volver al Hostel dos chicos se acaban de instalar, son de Israel y uno de ellos parece el listillo del grupo. Apenas nos dirige dos palabras nos pregunta si tenemos "flores". Yo que no se de que habla me quedo extrañado, pero Romà rápidamente identifica que lo que quiere es marihuana. La respuesta, evidentemente, es negativa.
Preparamos la comida, chorizos con huevo frito y arroz. Algo calórica pero sabrosa.
Después de comer llega el que yo he bautizado como "el momento siesta de Romà -MSR-" que yo aprovecho para organizar un poco la siguiente etapa del viaje.
Poco hay que hacer en el pueblo, así que después de una ducha damos un breve paseo para estirar las piernas y volvemos al súper para terminar la compra ya que nos faltaba pan y embutido para hacer la comida de mañana. Estaremos en ruta y comeremos donde podamos.
De vuelta al Hostel preparamos la cena, pollo con arroz. Mientras cocinamos el chico de Israel no para de preguntarnos si tenemos comida, si sabemos donde hay sal, si el aceite y los huevos de la nevera son nuestros... y va consumiendo todo lo que se pone a su alcance. La verdad es que veo que le echa un poco de morro al asunto.
Nos vamos pronto a la cama, a Romà le espera su momento "MHA" (Momento Hijos de la Anarquía). De fondo nos acompaña las canciones que están tratando de cantar y tocar a la guitarra los dos chicos Israelís, a parte de algún que otro eructo de fondo que ya no se si es por su cultura o porque son unos guarros.
Mapa de ruta:
No hay comentarios:
Publicar un comentario