domingo, 11 de diciembre de 2016

08/12/2016 PUERTO NATALES
PARQUE NACIONAL DE TORRES DEL PAINE

Aunque una de mis ilusiones era hacer el circuito de la "W" del Parque Nacional de Torres del Paine finalmente he tenido que renunciar a ello. Ese circuito te puede llevar entre 3 y 4 días para recorrerlo y debes ir bien equipado porque el tiempo es muy cambiante, en un día puedes vivir las cuatro estaciones del año. Nosotros no vamos preparados para la ocasión, ni siquiera tenemos mochila. Los precios dentro del parque son abusivos, tanto la entrada (21.000 pesos para turistas, 5.000 los chilenos), como los alojamientos, así como el alquiler de cualquier artilugio que necesites para poder hacer el circuito (sacos de dormir, carpas, hornillos, etc.) se escapan de nuestro presupuesto en modo ahorro. Entre eso y que el tiempo apremia ya que el 24 tenemos que estar en Buenos Aires (es el día que llega la novia de Romà porque viene a pasar unos días con él) decidimos no entrar, no obstante las impresinantes vistas del parque no nos las queremos perder, así que nos levantamos decididos a recorrer los 120 kilómetros que separan Puerto Natales del Parque Nacional.
El día acompaña, el sol brilla aunque alguna nube amenaza con dar un vuelco a la situación. Somos afortunados, tendremos unas vistas claras a los picos más conocidos de la Patagonia. Desayunamos y nos roneamos un poco encantándonos en exceso. Cuando nos damos cuenta son casi las 11, es hora de ponernos en marcha! Es agradable montar en moto con el día que hace. En cuanto pasamos el pueblo de Torres del Paine se empieza a vislumbrar a lo lejos un conjunto macizo de roca que se eleva en media de las llanuras, ahí lo tenemos. Cuanto más nos acercamos más impresionante se ve. Pasamos por un mirador con una laguna azul basalto que contrasta con el azul celeste del cielo separados por las Torres en el horizonte.
 
Pasamos por caminos cargados de guanacos que se pelean entre ellos utilizando los escupitajos a modo de arm y de vez en cuando nos cruzamos con un choique rodeado de decenas de crías. La imagen es idílica.
         
A la puerta del parque hay un lago con unas vistas impresionantes, allí decidimos parar para comer.
 
Aprovechamos que el tiempo acompaña para tomar unas cuantas fotos.
 

 

 

 
El aire que estaba calmado empieza a soplar fuerte y debemos resguardarnos en una caseta cerrada para poder preparar los bocadillos. Comemos y después de ello retomamos camino de vuelta al Hostel. Esa noche también la pasaremos en el "Hostal Mary" porque hacer una nueva etapa sería demasiada moto y al haber quitado los 3 días de trekking hemos ganado algo de tiempo (y dinero). Antes de llegar al hostel pasamos por el súper para comprar lo que va a ser nuestra cena, unas pechugas de pavo que acompañaremos con arroz.
Ya queda poco que contar, lo habitual de cada día: aseo personal, cena, charla con nuestros amigos franceses, "MHA" y a dormir sea dicho!

No hay comentarios:

Publicar un comentario