22/12/2016 LOS CONDORES
A REVISAR LA MOTO
Sabemos que hoy no hay ruta y eso hace que nos quedemos en la cama algo más de lo habitual. Romà prepara un par de tortillas para desayunar. Poco después volvemos al área de servicio para conectarnos al wifi. Al salir de allí vamos al centro del pueblo ya que queremos buscar una tienda de motos porque la BMW nos está pidiendo a gritos un cambio de aceite y de filtro y de paso ir a un supermercado a comprar comida. Son casi las 12h y si tardamos mucho más las tiendas estarán cerradas. Hacen un horario comercial un poco extraño.
Al llegar vemos que los comercios están cerrados. En la lejanía se distingue una motillo donde va Candela y Naiara que han bajado al pueblo para ir a comprar comida. Romà y yo seguimos buscando la tienda de motos, nos pareció haber visto una el día que llegamos al pueblo pero ahora no la encontramos. Casualmente al doblar una esquina vemos un escaparate con varias motos expuestas. Decidimos preguntar. Un señor de unos 40 años nos recibe junto con su hijo que no debe llegar a la mayoría de edad y se ofrece a ayudarnos en lo que pueda. Hablamos con él y le decimos lo que andamos buscando a lo que nos da como solución ir al pueblo de "Río Tercero", facilitándonos el nombre de varias tiendas y sus teléfonos. Conversamos durante un buen rato y le explicamos nuestra aventura. Al hombre se le ve fascinado, como si estuviésemos cumpliendo su sueño. Finalmente nos pide hacerse unas fotos con nosotros y con la moto sin dejar de lado su cara de admiración. Nos hacemos varias fotos con él y con su hijo. Antes de irnos nos regala un bote de espuma anti pinchazos que pese a rechazarlo en un primer momento debido a su insistencia decidimos aceptarlo. También nos regala un bote de grasa para la cadena, pero Romà no lo acepta ya que le sabe mal. En el fondo se que ese señor se hubiese quedado mucho más feliz si nos lo hubiésemos llevado.
Regresamos a casa, hoy comeremos arroz a la cubana.
Al terminar Romà se acuesta unos minutos y yo dedico esos pequeños instantes libres al blog.
A poco más de las 16h se levanta y llama a las tiendas que nos habían informado. En una de ellas tienen el filtro, así que acompañado por Danilo toman la moto y se van a comprarlo. Yo sigo con mi blog intentando ponerme al día.
Vuelven con el propósito cumplido, han conseguido el filtro y el aceite. Ahora solo falta saberlo cambiar. De estas tareas se encarga más Romà, yo de motos no entiendo nada, aunque le ayudo porque siempre me ha gustado aprender de todo un poco. También está Benjamín y Danilo echando una mano. Sin mucha dificultad logra su cometido, pero a la hora de tensar la cadena el tema se complica un poco. Después de apretar y aflojar tornillos y de medir distancias infinidad de veces parece que la cadena ha quedado perfecta.
La hora de cenar se acerca, alguien baja al pueblo a comprar un poco de embutido. Es una cena informal donde los paquetes de salame (jamón en dulce), queso y mortadela se abren encima de la mesa y varios trozos de pan se dispersan sobre los huecos que quedan libres. Cenamos de pié, contando divertidas historias y manteniendo entretenidas charlas. Está Danilo con su mujer y su hija pequeña que con un año ya dice un buen puñado de palabras, Benjamín, Lua, Naiara, Romà y yo.
De repente y como es costumbre, empiezan a venir nuevas visitas: Augusto acompañado de su amigo, Facundo, Candela y como visita nueva para mí, otro de los hermanos, Esteban junto a su pareja.
Esteban lleva toda la vida tocando música y ahora está en el conservatorio estudiando guitarra. Candela recuerda que en su casa hay una guitarra y se va a buscarla. En cuanto llega, Esteban toma la guitarra y nos deleita con varias canciones populares Argentinas, entre ellas la conocida "Comandante Che Guevara". Romà y yo que no tenemos mucho repertorio nos arrancamos con "Me falta el Aliento" de "Estopa".
La noche discurre entre canciones variadas, Naiara se arranca con una de "Bebé", yo improviso con una humorística de "Ricky López", "Hombre despechado", pero la letra no la recuerdo bien y es un poco complicada de cantar ya que es casi hablada.
De nuevo toca la 01h y Romà ya empieza a hacer sus primeros movimientos furtivos para irse a la cama.
No pasa mucho más rato que la gente empieza a desfilar. Nos despedimos sintiendo un afecto verdadero por el tiempo que hemos compartido durante estos días juntos.
Ya con la casa más solitaria llega la hora de acostarnos. La visión de varias arañas de gran tamaño en el comedor hace que el dormir sea una ardua tarea pero finalmente todos caemos rendidos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario