20/12/2016 WINIFREDA - LOS CONDORES (460 km.)
REENCUENTRO CON "LOS TERUEL"
Después de desayunar una tortilla que preparamos con nuestro hornillo nos ponemos a recoger la tienda de campaña cuando de repente Romà me grita "mira Elí, un escorpí!". Justo al lado de la tienda ha encontrado un alacrán que intenta picotear con fuerza el palo con el que lo está estimulando. Pero eso no es todo, porque un par de minutos después aparece otro alacrán al lado de la tienda! Menos mal que ayer no vimos eso, porque no se si hubiesemos acabado acampando ahí.
Después de acomodar todo en la moto y sin haber sufrido ningún tipo de picadura, retomamos la carretera dirección "Los Condores". Allí nos espera la familia de "Los Teruel", unos amigos de la familia de Romà que eran vecinos de su pueblo en España, "Ràfels", en la provincia de Teruel.
Nos encontramos con bastante viento en la ruta, pero al menos el paisaje ha cambiado, empezamos a encontrar más vegetación y algunos árboles frutales. La temperatura también ha aumentado y se hace agobiante estar encima de la moto con el casco y toda la equipación.
Después de unas cuantas horas de ruta llegamos a "Los Condores" y buscamos la gasolinera donde ha quedado con ellos. Encontramos una en medio del pueblo pero ahí no hay nadie. Romà pregunta a un trabajador si conoce a Paco, el patriarca de la familia y en ese mismo momento aparece sobre una moto Candela, la hija pequeña. Romá la va a saludar y nos indica donde nos están esperando. En 2 minutos llegamos y allí se encuentra Naiara, Facundo y Lua.
Podría explicar todos los lazos afectivos y de parentesco que hay entre ellos pero no creo que sea relevante ni de interés para nadie. Solo diré que son 11 hermanos, pero con los que compartiremos estos días son: Naiara, Benja, Facundo, Candela, Augusto y Danilo.
Venimos a su casa, donde nos van a dar cobijo. Es una casa sencilla, con un jardincito donde viven Naiara y Benja con su mujer Lua, sin olvidarnos de su perrito "Nanu"' un mini galgo muy simpático y cariñoso.
Nos tienen la comida preparada y Naiara nos cede su cama para que podamos descansar plácidamente, ella se montará una para estos días con un par de palés y dos colchones.
Por la tarde compartimos buenos momentos en el jardín revistiéndolos de agradables charlas.
En ésta casa se vive a la vieja usanza, la puerta permanece abierta invitando a que los amigos y familia vengan y vayan sin previo aviso, al igual que "Pepe", un perrito que campa a sus anchas por el pueblo pero que parece querer ser su perro guardián.
El mate es el centro de todo encuentro.
Por la noche y sin apenas preparativos montan un asado en el jardín. Nos juntamos todos y compartimos comida, bebida y risas.
Tocan las 01h y Romà se acuesta porque el sueño le vence. Yo decido quedarme compartiendo cerveza con Facundo, Augusto, Cristian (amigo y vecino) y Naiara. En un momento de la noche el abastecimiento de bebidas se termina y hay que ir al centro del pueblo para comprar. Ya se ha hecho algún viaje pero ahora es a Facundo que le toca ir. La gente por el pueblo se desplaza en motos tipo scooter, van con marchas pero no tienen embrague, conducen sin casco ni guantes y aunque parezca extraño la policía no se mete en esos avatares. Facundo me invita a acompañarle y a conducir una de las motos, aunque me avisa que no tiene frenos porque está averiada. Acepto el reto y salimos conduciendo despacio hacia el centro. De repente un coche de policía aparece por la avenida principal y Facundo desvía su trayectoria aparcando la moto delante de su casa, yo que intento reaccionar se me hace difícil la maniobra al no poder frenar y tener que ir reduciendo marchas hasta que paro la moto. Facundo me indica con la cabeza que me ponga en el lateral y aunque no entiendo nada obedezco "inso facto". La patrulla se acerca a nuestra posición y le advierte a Facundo que quieren que la noche sea tranquila y que si va cargando con dos botellas en las manos (porque aquí aún se devuelven los envases) que vayamos los dos en una moto y que no bebamos si conducimos. Facundo les explica que acabamos de tomar el "asado" y que apenas hemos bebido, que vamos a devolver los envases y que luego iremos para casa. Seguramente no se han creído nada pero como ven que estamos bien y que nuestra actitud ha sido correcta en todo momento nos dejan marchar, dejando aparcada una de las motos en la casa de Facundo.
Ya de vuelta paramos para recoger la moto y le pregunto a Facundo qué debemos hacer si la policía nos viese de nuevo a los dos en dos motos a lo que me responde "tú sígueme y no te pares, si entramos en casa no nos pueden hacer nada". Por suerte no se vuelven a cruzar en nuestro camino.
La noche seguirá de la misma manera, compartiendo experiencias y vivencias, bebiendo y riendo hasta que el sueño llama a nuestra puerta para recordarnos que una cama nos está esperando...
Mapa de ruta:
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