lunes, 28 de noviembre de 2016

25/11/2016 PUCÓN - VALDIVIA (154 km.)
CUNA DE CERVEZAS ARTESANAS

Ya estamos inmersos en una nueva etapa. Ésta vez no será muy larga, pararemos en Valdivia, una ciudad costera cuna de las cervezas artesanas.
En poco rato llegamos a la ciudad y buscamos un hostel donde quedarnos. Ésta vez el elegido es "El bosque nativo". La noche  en habitación compartida sale por 10.000 pesos y el sitio es muy confortable. A más nos dejan aparcar la moto en el jardín que tienen, una prioridad para nosotros.
La recepcionista nos recomienda visitar el puerto con su mercado y el pueblo de Niebla ya que hay una feria "costumbrista".
Comemos al lado del Hostal en un restaurante brasería. Comemos un menú por menos de 5.000 pesos cada uno. La carne está muy tierna y sabrosa. A valido la pena!
Al salir nos vamos a Niebla. La carretera discurre por un bonito paisaje, a la vera del río. En apenas 20 minutos llegamos y nos decepciona ver que la feria es tan solo en fin de semana. Pero no nos vamos a volver sin hace nada. Visitamos un fuerte que hay el cual era uno de tantos que daba protección a la ciudad de Valdivia de los piratas y conquistadores allá el siglo XV.
Terminada la visita y de vuelta al Hostel, por la carretera que discurre por el lado del canal hay varias fábricas de cerveza artesanal. Paramos en la primera que vemos, "Valtor".
Aunque muestran tres variedades solo disponen de la rubia. Nos pedimos una cada uno y las acompañamos con unas patatas fritas. Al salir de allí y a muy pocos kilómetros encontramos el buque insignia de la cerveza de Valdivia, la "Kunstmann".
Al entrar allí parece que estemos en los Alpes suizos, concretamente en el Tirol, y es que esa cervecería fue fundada por Alemanes. Tienen muchas variedades: de miel, de trigo, de frambuesa, etc. Pedimos una de trigo y la clásica y más famosa "Torobayo". Están ricas aunque la de trigo no nos acaba de convencer.
Una vez terminamos seguimos camino al Hostel.
Ya se nos ha hecho la hora de cenar. Iremos a un bar que nos han recomendado "La Última Frontera". No está muy lejos y vamos dando un paseo. El local está lleno y tenemos que esperar a que una mesa quede vacía.
Ya sentados hacemos la comanda, unos nachos y un ceviche de marisco acompañado de un pisco sour grande y una cola. Vemos en varios sitios letreros que indican "comida lenta", al final de la cena comprendemos el por qué. Rápidamente nos traen un súper plato de nachos pero han tardado más de una hora en traernos el ceviche y encima no vale nada, el peor que hemos comido desde que llegamos a Chile, parece una sopa de cebolla y cilantro con una picada de mejillones y almejas.
 
Hay cola para pagar la cuenta, al menos tenemos la suerte que nos invitan al pisco sour, así que la cena nos sale por poco más de 15.000 pesos (21€).
Con la tripa llena nos vamos a dormir, no hay nadie en la habitación, será que todo el mundo está de fiesta? Valdivia tiene mucha vida nocturna, es una ciudad universitaria y bastante moderna. Quizá otra vez será...

No hay comentarios:

Publicar un comentario