lunes, 6 de marzo de 2017

05/03/2017 PASAJE - CUENCA - ALAUSÍ (326 km.)
DIA HORRIBILIS

Son las 08h, parece que el cansancio me ha regalado dormir 8 horas de manera seguida. Salimos a buscar un lugar donde desayunar, estamos por descubrir que se desayuna normalmente en Ecuador. En la misma plaza central encontramos varias pastelerías. En una de ellas me compro un pan de leche y otro con sabor a chocolate, Romà no quiere nada, prefiere seguir buscando un sitio donde poder sentarnos y tomar algo más consistente. El precio es bastante económico, poco más de medio dólar. En la misma plaza otra pastelería llama la atención de Romà. Hay bocadillos, bebidas y tienen varias mesas donde poder sentarnos a desayunar. Ahí nos quedamos. Un cartel que anuncia "bocadillo de pollo + vaso de coca cola por 1 dólar" será el reclamo ideal. Yo me pido uno y Romà dobla mi solicitud. 
Al terminar nos volvemos al Hotel, pero antes paramos en una ferretería donde compramos un bote de grasa para la moto que nos cuesta cerca de 8 dólares. 
Con todo dispuesto para salir emprendemos nuestra etapa de hoy. Tenemos por delante 150km para llegar a Cuenca, una ciudad que he leído que vale la pena visitar por su centro histórico donde se respira un envolvente ambiente colonial. 
Apenas comenzamos la etapa nos encontramos con la primera sorpresa. Llegamos a una gran rotonda de forma rectangular. Las indicaciones no están nada claras y aparentemente debemos ir rectos, pero en cuanto entramos en el carril nos damos cuenta que eso es dirección prohibida, por lo que Romà para la moto y retrocede poco a poco para tomar bien la rotonda. Lo peor es que nos hemos dado cuenta que en el otro lado y justo por donde debemos continuar hay un policía que se encuentra haciendo un control. Romà me pregunta acerca de que debemos hacer ya que estamos convencidos que el policía nos ha visto. Sabemos que si nos para posiblemente nos hará una “mordida” a lo que debemos sumarle que no hemos expedido seguro para la moto ya que en la aduana no había ningún sitio que te lo tramitasen. Está claro que debemos seguir nuestro recorrido, con un poco de suerte no nos parará. Y efectivamente, hacía falta MUCHA suerte, porque en cuanto llegamos a su altura nos levanta la mano ordenando el alto. Nos explica que hemos tomado la rotonda mal y nosotros le explicamos que ha sido por un descuido, que en cuanto nos hemos dado cuenta hemos retrocedido, que somos turistas y que no conocemos esa zona, etc. Sinceramente le hemos dicho la verdad en todo y él se ha limitado a decirnos “pues tienen que fijarse más ya que han tomado mal la dirección”, mientras rellena una boleta de denuncia. Finalmente usamos nuestra última baza, a lo que pese desconfiar en un primer momento termina por dejarnos pasar. Nuevamente nos hemos salvado!!
Tras haber dejado el susto en el control, disfrutamos del paisaje que nos acompaña durante los primeros kilómetros que recorremos ya que es impresionantemente bello. Un ambiente tropical con palmeras cargadas de plátanos escudan nuestro paso por la carretera. Los puestecitos al pié de la vía se cuentan a decenas los cuales exponen las pencas de las diferentes variedades de plátanos y bananas que se cultivan en esta región y es que Ecuador es el país que más banano exporta en el mundo.
Pero repentinamente ese paisaje lleno de montañas verdes con extensas plantaciones de palmeras y ríos cargados de agua se torna en un terreno seco y árido mostrando apenas una pequeña capa de vegetación.
De la misma forma la temperatura cambia y del frescor que sentíamos en la zona húmeda y vegetativa pasamos a tener mucho calor en la zona árida por lo que decidimos parar en un tenderete donde venden jugo de caña de azúcar. Tomamos 2 vasos grandes por tan solo 1 dólar. La bebida está riquísima y fresca con un ligero toque a limón.
Reemprendemos la marcha y el escenario vuelve a cambiar para volver a transformarse en los terrenos tropicales que habíamos visto al principio de la ruta.
Casi a la hora de comer llegamos a Cuenca y accedemos a su plaza de Armas, el lugar más céntrico de la ciudad. Aparcamos la moto en la calle sin miedo a que pueda pasar nada ya que hay bastante policía distribuida por la zona. Se nota que es una ciudad turística ya que hay muchos de ellos paseando por sus calles. Una gran iglesia preside la plaza, con un pórtico precioso y unas cúpulas de colores azul y blanco que se hacen visibles desde varios kilómetros antes de llegar a sus pies. 

Después de caminar un poco por sus alrededores decidimos marcharnos a buscar un restaurante donde almorzar que no esté tan céntrico, de esa forma seguro que los precios serán más económicos. De esta forma encontramos un restaurante donde sirven marisco. Su mejor carta de presentación es ver que está lleno de gente a señal! Yo me pido el plato emblema de Ecuador, un encebollado "especial". En términos simples el encebollado es un cocido o caldo de pescado que contiene yuca y cebolla colorada encurtida. El jugo (caldo) del encebollado es elaborado con yuca licuada, condimentos como el ají en polvo y otras especies. Al ser el especial le añaden concha (son como unas almejas), camarones (gambas) y caballa.
Romá se pide algo más sencillo, arroz con camarones. De beber tomamos un par de vasos de jugo de tamarindo que está realmente delicioso. Por la comida pagamos unos 14 dólares, un buen precio ya que el tamaño de los platos es realmente extraordinario, incluso tenemos que pedir que nos pongan para llevar el arroz que Romà no se ha podido terminar.
Son las 15:30h y vamos a por la segunda parte de nuestra etapa, ahora iremos desde Cuenca hasta Huigra en busca de un camping que está en medio de la montaña y que tiene una piscina con unas vistas impresionantes. Nos esperan 143km por de carretera revirada. Pero que sucede, que en poco rato el frío intenso se empieza a sentir, incluso tenemos que parar para ponernos algo más de ropa de abrigo. Pero eso no es todo, un poco más adelante empieza a llover. Una nueva parada para equiparnos para hacer frente a la lluvia nos hace recapacitar y cambiar de planes, no iremos a ese camping sino que nos acercaremos a la localidad de Alausí donde buscaremos un alojamiento donde resguardarnos del frío. 
Todo podría haber sido más sencillo, pero parece que los fenómenos meteorológicos no nos lo quieren poner fácil, una densa niebla acompaña a la lluvia y al frío durante nuestros últimos 100km. Apenas se ve a 2 metros delante de nuestros ojos y debemos llevar la visera subida para poder vislumbrar por donde circulamos, pese a que las gotas de lluvia nos caen en los ojos. Pocos y cortos tramos nos dan un respiro para poder tomar aire y entrar de nuevo en nuestra lucha particular contra la climatología.
Pese a que la contienda ha sido muy dura, hemos vencido de nuevo la batalla y por fin llegamos a Alausí, bastante cansados, todo hay que decirlo. Buscamos alojamiento y en el segundo que preguntamos una gran oferta hace que aceptemos con los ojos cerrados: 15 dólares los 2 en una habitación con baño compartido y con aparcamiento incluido.
Sin fuerzas ni para ducharnos salimos a cenar algo a la calle. Encontramos un puesto pequeñito donde hacen pinchos de carne al módico precio de 1,25$. Yo me como 3 y Romà 2. Justo al lado hay una pastelería. Compramos un panecillo por 15cts., un merengue por 40cts. y una especie de donut de chocolate por 50cts. Tenemos claro que mañana iremos allí a comprarnos el desayuno.
Nos comemos todo en la habitación y por fin entramos a disposición de descansar.
Romà tiene su ya habitual momento "Juego de Tronos" y yo me pongo a escribir aunque sin nada de ganas debido al cansancio.
Y por fin nos vamos a dormir, siento que mi cuerpo me lo agradecerá...

Mapa de ruta:

Mapa 1                          Mapa 2





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