26/03/2017 CARTAGENA DE INDIAS - BARCELONA
DE VUELTA A CASA
Casi a las 09h abrimos nuestros ojos tras la última noche en tierras latinoamericanas. Como siempre el “Hotelyuno” nos espera en el piso inferior.
Recogemos todo lo que tenemos que embarcar, observamos que no nos dejamos nada en la habitación y con las maletas preparadas las dejamos en el cuarto de cortesía ya que vamos a salir a dar un último paseo por la zona para posteriormente ir a comer.
Con todo el dolor de mi corazón decido regalar mi pantalón de moto, lo cierto es que está roto por muchos sitios y no creo que le dé uso de vuelta a Barcelona. Se lo entrego a la recepcionista que se encuentra en ese momento en el hall para que se lo regale a alguien que crea que lo pueda necesitar. Así que tras una “triste” despedida me deshago de él, han sido 25.000 kilómetros juntos y muchas horas de viaje.
Del paseo no hay nada relevante que comentar, realmente su propósito es el de hacer tiempo hasta la hora de comer.
Decidimos ir al restaurante de nuestro “paisano”. Es temprano, pasan algunos minutos de las 12h pero no podemos demorarnos más ya que debemos estar en el aeropuerto sobre las 13:30h.
Allí tomamos un “almuerzo” aunque el mío es algo diferente ya que pido una olla de mariscos que está francamente deliciosa. No recuerdo bien el precio, ya poco me interesa lo que gastemos en estos últimos coletazos de nuestro viaje.
De vuelta al Hotel y ya cargados con nuestras maletas nos despedimos de quienes nos han acogido durante muchos días en Cartagena, se han portado muy bien con nosotros.
Al salir paramos el primer taxi que vemos pasar por la zona y tras negociar el precio emprendemos el trayecto hacia el aeropuerto.
En unos 20 minutos llegamos. El aeropuerto se encuentra muy próximo al centro de Cartagena. El taxi nos cuesta 15.000 pesos, una precio bastante asequible.
Sin problema alguno pasamos todos los trámites aeroportuarios hasta subirnos a nuestro avión de la compañía Avianca.
Por delante hay un par de horas de vuelo hasta llegar a Bogotá donde tras una escala de 2 horas volveremos a subirnos a un avión de la misma compañía que nos llevará a Madrid en un recorrido de algo más de 8 horas de duración. En Madrid nos espera una nueva escala de algo más de 3 horas para luego tomar un avión de Iberia. El último trayecto, con 2 horas de vuelo, hacia nuestro destino final, Barcelona.
Todo ha ido como un reloj, no ha habido ningún contratiempo, ni retrasos, ni "Melendis". Y así llegamos a nuestra tierra, bastante exhaustos a decir verdad después de más de 16 horas de haber salido del aeropuerto de Cartagena.
Agarramos las maletas que habíamos embarcado y salimos sabiendo que nuestras familias nos estarán esperando. Justo nos asomamos por la puerta identificamos a los nuestros.
Mis padres, mi hermana Rut y mi hermano Miguel han venido a recibirme. Al vernos nos fundimos en un sincero abrazo regalándonos besos y sonriendo sin poder dejar de hacerlo. Romà hace lo mismo con los suyos y posteriormente nos los intercambiamos como si de cromos se tratase.
Después de tomarnos alguna foto todos juntos nos despedimos después de haber estado 5 meses sin separarnos, lo cierto es que nos echaremos de menos, sé que será así.
Mis padres, mi hermana Rut y mi hermano Miguel han venido a recibirme. Al vernos nos fundimos en un sincero abrazo regalándonos besos y sonriendo sin poder dejar de hacerlo. Romà hace lo mismo con los suyos y posteriormente nos los intercambiamos como si de cromos se tratase.
Después de tomarnos alguna foto todos juntos nos despedimos después de haber estado 5 meses sin separarnos, lo cierto es que nos echaremos de menos, sé que será así.
Yo estoy francamente cansado, apenas he dormido 1 hora durante todo lo que ha durado el viaje y necesito descansar. Les he dicho a mis padres que nos veremos otro día con más tranquilidad, cuando ya me haya recuperado un poco. Quedamos en que el miércoles iré a comer a su casa. No obstante no desaprovechamos la ocasión para tomarnos una cerveza allí mismo y así explicarles por encima lo que ha supuesto esta experiencia para mí.
Ya nos separamos, me voy con Miguel a buscar mi coche, no sé si recordaré como se conduce. Al principio me siento extraño pero rápidamente me voy acomodando y sin darme cuenta vuelvo a mecanizar todos los movimientos necesarios para conducir un turismo.
Llegamos a casa y pese a que mi intención es acostarme “iso facto”, me enredo narrando historias de mi viaje, experiencias que he vivido, lo que ha supuesto para mí, como me siento y mis planes de futuro. Y así nos da la medianoche, momento en que ahora sí, me voy a la cama sin recordar apenas como me quedo dormido nada más taparme con el edredón y con la fragancia a hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario