domingo, 19 de marzo de 2017

18/03/2017 CARTAGENA DE INDIAS
SORPRENDIDOS!!!

Ya casi es una costumbre despertarnos pronto, hoy son las 07h y ya estamos con los ojos como huevos aunque hacemos algo de tiempo en la cama. La imagen de encontrarme a Romà mirando terrenos para comprar o consultando en google información sobre una de sus siguientes locuras se ha vuelto una constante en mis mañanas.
Bajamos a tomar el "hotelyuno" y salimos a dar un paseo por el otro barrio turístico que hay en Cartagena, el barrio de Getsemaní, una expansión del barrio del Centro y relevante ya que fue en esta zona de la ciudad donde solían vivir los africanos traídos como esclavos y de donde salió un grupo de héroes que gestó la independencia de España, hace más de 190 años.
De nuevo las callejuelas formadas por edificios coloniales conservados en perfecto estado es el mayor atractivo del barrio que, a nuestro parecer, poco difiere de lo que se puede ver en el Centro. Plagado de alojamientos para mochileros los cuales deambulan por las calles en busca del suyo y una gran oferta gastronómica a un precio más que asequible es otro de los atractivos que nos ofrece este barrio. Rápidamente llegamos al centro y paseamos por las mismas calles por las que ayer lo hicimos y es que el centro histórico es bastante pequeño y en un día puedes recorrerlo. 
Nos da la hora de comer y entramos en un patio colonial donde observo a gente oriunda comiendo un "almuerzo". Decidimos parar ahí ya que el precio es muy asequible (8.000 pesos por persona). La comida no ha sido muy copiosa y al salir encontramos un carrito de helados "artesanales" que por 2.000 pesos te sirven un gran cucurucho y dos bolas de helado generosas. Aunque no es helado italiano está delicioso y poco tiene que envidiarle, a más nos ayuda a combatir el calor tan insufrible que está haciendo estos días.
Sin mucho más que hacer decidimos volver al Hotel caminando. Son las 15h y Romà se pone a dormir la siesta. Yo dedico ese rato a colgar una entrada del blog aprovechando que sorpresivamente internet está funcionando bien.
En cuanto despierta de su letargo me comenta que se va a ir al gimnasio, algo que ya me avisó que haría estos últimos días de viaje. Me invita a acompañarle pero sé que para mí va a ser infructuoso, más bien contraproducente ya que lo único que voy a conseguir es coger unas agujetas que no me van a dejar ni moverme, por lo que decido quedarme y dedicarme un tiempo de relax. 
Durante las 2 horas que tarda en volver Romà me da tiempo a escribir, tocar la guitarra, visitar al "Sr. Google" y darme una buena ducha.
A su vuelta me comenta que ha conseguido ir gratis a un gimnasio que se encuentra en el centro comercial donde fuimos a cenar ayer y que le han hecho un pase para toda la semana siguiente. Me siento contento porque veo que el "modo ahorro" sigue vigente.
En cuanto termina de asearse nos disponemos a salir a la calle. Me siento un poco agobiado al estar más de 4 horas encerrado y necesito tomar aire. Compartimos un refresco energético en la recepción del Hotel (1.500 pesos) y a las 20h nos vamos a cenar. Recordamos que cerca hay un mejicano y Romà, un apasionado de este tipo de comida me propone ir. Me parece una buena idea y en apenas 15 minutos llegamos al restaurante. Se llama "El Pique Mejicano". Tomamos un combo que contiene unos nachos con guacamole de entrada , 1 burrito, 1 quesadilla y 4 tacos y lo acompañamos con un par de cervezas. La comida es copiosa y la cuenta suma 71.000 pesos, casi 20€, un poco caro para ser Colombia pero barato si pensamos lo que nos hubiese costado el mismo menú en España.
Con la mente puesta en que el viaje se está terminando, mis ganas de aprovechar el tiempo al máximo parece que han ido en aumento e insisto a Romà para salir a tomar algo ya que durante el viaje apenas hemos salido por la noche. Romà es consciente de ello y pese a que no le apetece ya que no es algo que le motive, me comenta que hará un sacrificio por mí. 
Dando un agradable paseo por la bahía llegamos al centro y en la plaza del reloj hay un famoso local de salsa, se llama "Donde Fidel" el cual dispone una gigantesca terraza donde poder sentarse a beber algo fresco mientras ves pasar centenares de personas, tanto nativos como extranjeros, a la vez que disfrutas de la música que resuena dentro del local.
El bar, que se encuentra hasta los topes de gente se engalana con centenares de fotos que apenas dejan espacio libre en sus paredes y una pantalla de televisión de grandes dimensiones que emite videos de cantantes salseros. Un par de parejas intentan bailar al son de la salsa en apenas dos metros cuadrados, el poco espacio que queda para el disfrute de los danzantes.
Pasamos 2 horas compartiendo varias cervezas y durante ese rato muchos vendedores de tabaco, caramelos y chicles, algunos bailarines faranduleros e incluso un mimo que imita a todo aquél que pasa por su lado son los "actores" que desfilan ante nuestros ojos.
Al lado de nuestra mesa un par de matrimonios de mediana edad toman asiento y rápidamente entablan conversación con nosotros. El hombre es de Montreal (Canadá) y nos explica que conoció a su mujer hace más de 30 años en Cartagena. Mantenemos una agradable conversación que ameniza, si más cabe, nuestra velada.
El precio de la bebida es un poco elevado, pero considerando que estamos en pleno centro, sentados en una terraza y que es horario nocturno lo consideramos un precio justo, cada cerveza ha costado 6.000 pesos.
Romà que ha ido a retirar dinero me comenta la gran cantidad de "chicas de compañía" que hay en la zona. Aunque ya sentados he podido intuir lo que me ha explicado ya que por momentos un desfile de bellezas colombianas han pasado por delante nuestro, al igual que extrañas parejas de hombres extranjeros poco agraciados paseando de la mano con auténticos monumentos. No obstante todo lo visto se ha quedado corto cuando al retirarnos observamos que justo delante del reloj, un centenar de mujeres arregladas, algunas en exceso, aguardan a la captura de su presa. Creo que nunca había visto una concentración de tales magnitudes de esa índole.
Paseamos tranquilamente, de vuelta al Hotel, disfrutando de una cálida noche. Son las 02h y una vez nos recostamos, al poco nuestros ojos se cierran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario