miércoles, 22 de marzo de 2017

21/03/2017 PARQUE TAYRONA - CARTAGENA DE INDIAS (260 km.)
DE VUELTA A LA CIUDAD

Nuevamente el sol y los cantos de algunos pájaros nos despiertan y otra vez nos quedamos vagueando hasta las 08h. Romà se queja del colchón ya que pierde algo de aire y casi ha terminado durmiendo en el suelo.
Hoy sí que hemos podido desayunar en el bar del camping, unos huevos revueltos con pan, mermelada y un café 13.000 pesos, Romà toma lo mismo aunque con arepas en vez de pan y chocolate en vez de café que cuesta 15.000.
El día está un poco nublado y tras darle vueltas a la cabeza le comento a Romà la idea de marcharnos esa misma tarde ya que tiene razón referente a la cantidad de trámites y los problemas que siempre surgen al realizarlos. Creo que es lo más coherente aunque a mí me habría encantado tener más días para explorar bien el parque. Contento con mi propuesta Romà asiente y decidimos darnos prisa en ir a un par de playas que yo quería visitar: playa Arenillas y playa Piscina, las cuales están muy próximas al camping, apenas 20 minutos caminando.
Sobre las 09:30h salimos a paso acelerado. De camino nos encontramos con unos caballos y sus propietarios, les preguntamos que nos costaría que nos llevasen hasta la entrada ya que no queremos cargar de nuevo durante más de una hora con los colchones, carpa y equipaje. Nos llevaran 20.000 pesos por caballo y quedamos con ellos en que sobre las 12:45h pasen a recogernos por el camping. Pocos metros más adelante nos encontramos con una mujer que va acompañada de una adolescente de 13 años la cual tiene unos impresionantes ojos verdes. Tras preguntarles por el camino hacia la playa nos comentan que ellas van en la misma dirección y juntos seguimos la ruta mientras mantenemos una interesante conversación. Al llegar a su negocio observamos que se trata de la última playa en la que estuvimos ayer, playa Arenillas, Piscina se encuentra a unos 5 minutos, un lugar ideal para hacer snorkel gracias a sus aguas calmadas (fruto de la protección que hace una barrera coralina que se encuentra a pocos metros de la orilla) y a sus fondos marinos. Nos despedimos de ellas y con el tiempo pisándonos los talones llegamos a playa Piscina.
Sin perder ni un segundo nos metemos en el agua, nadamos y vemos algunos pececillos que campan a sus anchas sobre el fondo vegetal y nos tomamos unas fotos para el recuerdo.








               



Después de media hora de baño salimos del agua con la idea de secarnos un poco antes de volver al camping. Yo me paseo por la playa y tomo varias fotos con la idea de reflejar el ambiente paradisiaco del que estamos disfrutando.
Ya recogemos todo y a paso ligero volvemos al camping; nos queda menos de una hora para ducharnos, recoger la carpa y todos nuestro equipaje. 
En un tiempo récord tenemos todo listo y puntuales como un reloj esperamos en la puerta la llegada de nuestros caballos.
Son las 12:55h cuando llega el joven a galope sobre en una yegua y  con una mula que los sigue. Se disculpa por la tardanza y nos hace montar a lomos de los "corceles". El chico va caminando a nuestro lado durante todo el recorrido y me parece increíble que los pobres transiten por los caminos por los que estamos yendo. Son caminos estrechos con alguna fuerte pendiente y grandes rocas que dificultan el caminar, pero parece que están totalmente acostumbrados ya que sin que el dueño les diga nada ellas van tomando el camino correcto. 




En poco más de 40 minutos llegamos al aparcamiento y tras pagar el precio acordado cambiamos de montura a otra de casi 100 caballos. Nos equipamos con la ropa de moto para afrontar la que será la última gran kilometrada de nuestro viaje y bajo un sol que valientemente se ha decidido a salir emprendemos la ruta de vuelta a Cartagena.
Paramos para poner gasolina y poco antes de llegar a Santa Marta nos apeamos a comer en un restaurante de carretera un "almuerzo" que cuesta 11.000 pesos cada uno. De nuevo retomamos la ruta y ya no volveremos a parar hasta llegar a la ciudad de Cartagena. 
Estamos justo en la entrada y le preguntamos a una policía Nacional motorizada para que nos indique cómo llegar a nuestro Hotel ya que mi teléfono se quedó sin batería y no tube posibilidad de cargarlo. La "oficial" nos indica que la sigamos, pero nos dice que cuando lleguemos a Manga, el "parrillero" (se refiere al acompañante) se debe bajar de la moto ya que los agentes de tránsito nos pueden denunciar si nos ven a los dos montados en la moto. Y esto es debido a que el alcalde sacó esa normativa para reducir y erradicar los robos con violencia que efectuaban parejas que iban en moto. La seguimos y en cuento llegamos a la calle del Hotel que está justo en la entrada de Manga me bajo de la moto y le agradecemos su ayuda. 
Son casi las 18h y tras descargar "la polola" y recuperar todos los objetos que nos guardaron en el Hotel nos damos una ducha y salimos a cenar. 
Nos acercamos al bar de nuestro "paisano"; tomamos un par de cervezas cada uno y Romà sepide 3 trozos de pizza y yo una hamburguesa de pollo y una porción de pizza por lo que pagamos casi 40.000 pesos.
El día de hoy ya no va a dar para más, estamos cansados y queremos reposar, así que  vagueamos un poco en la cama antes de ponernos a dormir. Debemos reponer fuerzas ya que mañana reemprendemos las gestiones para enviar la moto, seguros de que será una nueva gimcana llena de sorpresas y despropósitos...

Mapa de ruta:





































































No hay comentarios:

Publicar un comentario