25/03/2017 CARTAGENA DE INDIAS
DIA EN BLANCO, DÍA DE REFLEXIÓN
Hoy podría no escribir prácticamente nada, un día desmotivador, sin que suceda nada relevante causado posiblemente por ser el último día de nuestra gran aventura, de un viaje en el que buscaba una respuesta, una renovación, una nueva perspectiva, un cambio. Por una parte me da pena que se termine, lo cierto es que estar de vacaciones es algo que no conozco a nadie que le desagrade y volver a la rutina de nuevo, a enfrentarme a la realidad, a empezar de cero... Es algo que me da cierto temor, lo reconozco, pero no de miedo. Vuelvo cargado de nuevas energías, de un nuevo yo que espero encontrármelo cara cara en cuanto vayan pasando los días y el choque del cambio se haya desvanecido sin apenas darme cuenta.
En el viaje conocí a una mujer que me dijo "uno no sabe el bien que le ha hecho un viaje de estas características hasta que no vuelve a casa y pasan unos días, cuando se relaja todo y la rutina se instala de nuevo en tu día a día", espero y deseo que así sea.
Sé que echaré de menos levantarme y darle los buenos días a Romà, preparar la moto cada mañana, recorrer miles de maravillosos escenarios los cuales nos han regalado tan hermosas vistas, el contacto con la gente cálida de Suramérica, el decirme cada día "a ver que sorpresa nos depara hoy la vida" y tantas otras cosas que te regala el viajar. Por ello y por mil cosas más me siento triste, ya llega el final y nadie lo puede detener, el tiempo avanza inexorable hacia su meta...
En el viaje conocí a una mujer que me dijo "uno no sabe el bien que le ha hecho un viaje de estas características hasta que no vuelve a casa y pasan unos días, cuando se relaja todo y la rutina se instala de nuevo en tu día a día", espero y deseo que así sea.
Sé que echaré de menos levantarme y darle los buenos días a Romà, preparar la moto cada mañana, recorrer miles de maravillosos escenarios los cuales nos han regalado tan hermosas vistas, el contacto con la gente cálida de Suramérica, el decirme cada día "a ver que sorpresa nos depara hoy la vida" y tantas otras cosas que te regala el viajar. Por ello y por mil cosas más me siento triste, ya llega el final y nadie lo puede detener, el tiempo avanza inexorable hacia su meta...
Pero también estoy contento porque vuelvo a mi ciudad, a mi casa con los míos, a reencontrarme con mis amigos y mi familia, a afrontar esa nueva vida que me espera por delante llena de obstáculos y sorpresas, llena de temores y de ilusiones, de momentos tristes y momentos felices. Hay incertidumbre en mí, pero también hay voluntad de que todo tome el cauce que le corresponde.
Así que el día de hoy ha sido de lo más relajado, sin ánimo de salir a pasear, ni tan siquiera de comer porque por algún motivo no he tenido hambre.
Hemos despertado a las 09:30 y apurando el tiempo para ir a desayunar hemos bajado rozando el límite de las 10h para tomar el ya típico "hotelyuno". A partir de ahí y sin movernos del Hotel han ido pasando las horas; escribir el blog, darme un paseo por la red, escuchar música, vaguear, volver a dormir un rato, tomar unas bolsas de snaks, ver un rato las noticias, hablar con mis amigos por whatsapp, tocar la guitarra y charlar con los trabajadores del Hotel ha sido en todo lo que he ocupado mi tiempo.
Ya han dado las 19h y después de tomar una ducha nos disponemos a salir a cenar. Hoy iremos al otro mejicano que hay en la zona, "El Pique Mexicano".
Pedimos una bandeja que lleva un combinado de todo lo que puede llevar en su interior una tortita y un guacamole que acompañamos con cerveza mejicana. Del precio no puedo hablar, lo cierto es que mi desmotivación llega al extremo de decirle a Romà "pide lo que quieras que a mí me da igual" y no miro ni la carta ni me fijo a la hora de pagar a cuanto ha ascendido la cuenta.
Sé que hoy es la última noche que pasaremos en Suramérica y aunque me gustaría salir y aprovechar hasta ese último momento, mis ánimos solo me dan para ir al bar que últimamente hemos frecuentado para tomar una cerveza.
Es casi medianoche y llegamos al Hotel. El propietario, William, junto con una recepcionista, Alex, están en la entrada charlando y nos unimos a la conversación. Pasamos un buen rato riendo mientras contamos anécdotas y comparamos la forma de ser de los españoles y los colombianos. William nos invita a un par de cervezas que consiguen alargar la tertulia hasta más allá de las 02h.
Mañana volvemos a casa... Mientras estoy en la cama intento no pensar en ello, y me concentro firmemente en pensar solamente en aquellos maravillosos momentos que estos 5 meses de aventura me han regalado, momentos que no son pocos, momentos verdaderamente inolvidables...
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