07/01/2017 PUNTA DEL DIABLO - CHUÍ (Bus "Rutas del Sol")
CON EL MIEDO EN EL CUERPO
A las 10h ya estoy en pié. Me pica todo el cuerpo, tengo la piel muy quemada y no me atrevo a que me de ni un rayo de sol más.
No voy a salir, prefiero quedarme y reposar porque excepto ir a la playa no hay nada más que puedas hacer en Punta del Diablo.
Recojo mis cosas, he de hacer el check out a las 10h y ya me paso de una hora, aunque me comentan que no debo preocuparme.
Me doy una ducha y paso la mañana mirando cosas sobre el viaje en internet, escribiendo el blog y charlando con los chicos del Hostel y algunos huéspedes.
Se acerca la hora de comer y me preparo una tortilla con los huevos que quedan.
Después de eso me relajo un poco en los sofás que hay en la entrada del Hostel. Allí me encuentro con Clarise que hoy también se marcha. Debe tomar el autobús a las 17:15 hacia Montevideo. Hacemos tiempo charlando mientras tomamos la última cerveza antes de nuestra partida. Decido salir a la vez que ella, así subiremos juntos a la estación de omnibús. Tomaremos la furgoneta que sale del centro.
En cuanto abandonamos el Hostel un cochecillo se para a nuestro lado y nos ofrece llevarnos a la parada de la furgoneta. Nosotros muy agradecidos aceptamos su invitación. El coche no tiene desperdicio, son cuatro latas de color naranja con dos puertas y un portón trasero por el que accedo a su interior. Arrancamos y de repente el coche se para. El chico que es español y comenta que trabaja en el bar en el que estuve ayer a la noche dice que es normal que eso ocurra. Tras darle a una manivela que parece ser el antiguo starter que tenían los coches no consigue arrancarlo. Se baja del coche y levantando una parte de la carrocería manipula una manivela que hace moverse todo el coche. Vuelve a probar a arrancarlo y después de unos cuantos intentos lo consigue.
Pero no avanzamos mucho más que el problema se vuelve a repetir al igual que la misma actuación del chico. De nuevo lo arranca pero se vuelve a calar. Avanzamos aprovechando la bajada de la calle hasta llegar al destino. Le damos las gracias por tan divertido viaje y él se queda allí haciendo de improvisado mecánico. Tomé una foto del coche pero lastimosamente y sin saber el motivo se borró de mi teléfono. Una pena porque era digno de ver.
Esperamos pocos minutos la furgoneta y en cuanto llega le pregunto al conductor si sabe si voy a tener algún problema en conseguir pasaje para viajar a la noche de Chuy a Porto Alegre. Me explica que él vive allí y que habitualmente cuando quiere hacer ese trayecto va y lo compra sin tener problema. *1
Una vez en la terminal llega el omnibús de Clarise, nos depedimos y me comenta que si me surge cualquier duda sobre Río se lo haga saber, que estará encantada de poder ayudarme.
De nuevo solo me queda media hora de espera para que llegue el mío, pero el tiempo pasa y pasa y pasa... un joven medio borracho y colocado que carga con una mochila y una guitarra pero de ojos color azul cielo y mirada penetrante se pone a hablar conmigo y me ofrece de la cerveza que está bebiendo. Le agradezco el ofrecimiento pero no acepto ya que la lata está toda chupada porque apenas ha podido hacerle un pequeño agujero por donde bebe. Le digo que yo bebo agua y me pide un poco a lo que le doy mi botella.
Al ver que el retraso está siendo considerable hablo con la chica de la compañía y me informa que lleva casi una hora de retraso. Maravilloso! Si en vez de las 17:45 sale a las 18:45 y encima en Brasil es una hora más, cuando llegue puede que las taquillas para comprar el pasaje estén cerradas. Empiezo a ponerme algo nervioso pero como no puedo hacer nada reorganizo mis pensamientos y me vuelvo a calmar.
Por fin llega el autobús y partimos, como muy bien me ha informado la chica, una hora más tarde de lo previsto.
El autobús hace muchas paradas intermedias y el trayecto aunque es corto se hace muy largo. Llegamos a la frontera, a inmigración, he tenido que avisar al ayudante del conductor que tenía que pasar por allí para sellar la salida del país. Se baja conmigo y muy rápidamente hacemos el trámite. Volvemos al autobús que debe recorrer un pequeño trayecto hasta llegar a la estación final de Chuí. Me informa que debo caminar unas cuantas cuadras hasta llegar a la Estación Central Rodoviária de Chuy (en Brasil). *2 Camino rápido y un poco desorientado, pregunto a varias personas que parecen estar haciendo cola en un banco y por fin una señora muy amable me indica correctamente y sin margen de error hacia donde debo dirigirme. Camino dos cuadras recto hasta llegar a la Av. que divide Uruguay de Brasil, está llena de comercios donde se anuncia que son tiendas libres de impuestos, hay muchísima gente por la calle haciendo compras y la sensación de inseguridad es elevada. Giro a la derecha una cuadra y camino dos de nuevo de frente y allí me topo con la estación de autobuses.
Estoy sufriendo, son las 20:45h en Brasil (1h más que en Uruguay) y no se si las taquillas estarán abiertas. Al entrar una mujer malcarada que se sitúa detrás de un mostrador enrejado espera mi consulta:
-Hola! Quiero un boleto para ir en el autobús de las 23h a Porto Allegre
-No hay. Si quieres para mañana debes reservar ahora.
-Cuanto vale?
-1400 pesos
-Aceptan tarjeta?
-No, solo efectivo
-Sabe dónde hay un banco?
-Aquí a la derecha, a dos cuadras, pero has de estar aquí antes de las 21h, porque yo en punto cierro.
Y todo este diálogo se dio sin ni media sonrisa en la cara por parte de la mujer.
Rápidamente y prendido por el miedo de quedarme tirado en la calle esa noche me acerco al banco que me había dicho. Intento sacar dinero con mi tarjeta "Master Card" pero o me la deniega o me dice que no es válida. Debo probar con la "Visa" y cuando le pido 500 reales me dice que me he excedido del importe máximo.
Los segundos corren y como era de esperar las cosas no me pueden salir bien a la primera. Lo vuelvo a probar y por fin acepta entregarme la cantidad de 400 pesos, estoy tan nervioso que no me he dado ni cuenta de si me han cobrado algún tipo de comisión, aunque estoy seguro que sí.
Me quedan 4 minutos para las 21h y acelero el paso lo máximo que puedo sin llegar a correr. Llego un minuto antes de la hora de cierre.
Ya más tranquilo pienso en la posibilidad de hacer el "puente rodoviário", es decir, ir hasta Pelotas y desde allí tomar otro bus hasta Porto Alegre. Según los cálculos que hice es lo más económico. A más tengo reservada una noche de Hostel en Porto Alegre y si tomase el autobús directo de las 23h perdería esa noche y el dinero de su reserva. Por lo tanto decido arriesgarme y compro el pasaje a Pelotas para las 09h que me cuesta 57,40 reales (17 €).
Pero sigo teniendo el miedo metido en el cuerpo, el lugar no se ve muy seguro y no tengo alojamiento donde dormir.
Con antelación y para prevenir este tipo de imprevisto, miré por internet alojamientos. Todos los Hoteles estaban llenos y no supe encontrar ningún Hostel. Así que tan solo me quedaba la posibilidad de que aquella "simpática" mujer me diese una grata sorpresa indicándome algún sitio donde poder pasar la noche.
Me informa que a media cuadra hay un Hotel. Me acerco al lugar y en la puerta un cartel hecho a mano dice "Hotel completo". Les pregunto al recepcionista si sabe de algún lugar donde me pueda alojar esa noche y me explica que para esas fechas todo está siempre lleno, que aquello es zona de playas y a principios de año se pone a reventar. Yo le pido con cierta clemencia que me deje dormir aunque sea en el sofá que hay en la entrada pagándole algo de dinero, pero hace oídos sordos y muy amablemente me indica que al doblar la esquina a unos 3 cuadras puedo encontrar un Hostel que se llama "Poseidón". Le agradezco su amabilidad y voy decidido siguiendo sus indicaciones minuciosamente. En poco rato y tras preguntar a dos transeúntes más para asegurarme que voy en la buena dirección llego al Hostel.
Una entrada precede a un patio que a un lado tiene varias puertas que dan a habitaciones compartidas. Una mujer, posiblemente Uruguaya me atiende muy amablemente y me dice que SÍ tiene camas libres. Ese SÍ me suena a música celestial y ya lo que me explica a cerca del funcionamiento del Hostel poco me importa.
El precio por alojarme son 50 reales (20€), pro creo que aunque me hubiese dicho 100 se los hubiese pagado.
Me alojo en una habitación donde hay una pareja brasileña de unos 45 años que también están haciendo ruta en moto por una pequeña zona de Brasil.
Es algo tarde y sin perder tiempo me doy una ducha y preparo un poco de arroz con atún para cenar.
El lugar es súper curioso y pintoresco. En el comedor hay una estantería con miles de adornos navideños, una canoa colgada en el techo, tablas de surf al fondo, una lámpara cargada de banderas de Brasil, artilugios antiguos distribuidos por todas partes... desordenado pero curiosamente atrayente.
Al terminar me voy a dormir, hoy ha sido un día de lo más duro...
*1 Quiero explicar que no hay forma de comprar o reservar ese pasaje ni por internet ni telefónicamente, te debes arriesgar a ir a la estación de omnibuses de Chuy y confiar en que les quede algún billete, si no ya puedes ir buscando un alojamiento donde quedarte a dormir. Yo con anterioridad miré por internet y en esa ciudad no se anunciaba ningún Hostel y todos los Hoteles estaban completos.
*2 Otra explicación que creo interesante hacer. Hay dos "Chuís". Uno es "Chuí" del lado Uruguayo y el otro es "Chuy" del lado Brasileño. Un país del otro queda separado por una avenida, de un lado es Uruguay y del otro lado es Brasil.
La actuación que tengo que hacer para pasar la frontera es la siguiente. Al subirme al bus de Punta del Diablo debo avisar al conductor para que me pare en migraciones, en la frontera de salida de Uruguay, muy cerca de Chuí. Allí hago el trámite y me vuelvo a subir al autobús que me lleva a la parada final de Chuí. Desde allí debo caminar y pasar al lado Brasileño, a Chuy y buscar la Central Rodoviária donde tengo que comprar el billete que me lleve a mi destino en Brasil. Cuando tomo ese autobús debo avisar al conductor que tengo que hacer la parada en la aduana de entrada de Brasil. Una vez paramos allí hay que hacer el trámite aduanero y una vez finalizado ya seguimos ruta hasta el destino del autobús.
Un poco jaleo vamos, pero es lo que hay!
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