viernes, 27 de enero de 2017

27/01/2017 TARIJA - TUPIZA (218 km.)
CIRCULANDO A MÁS DE 4.000 METROS

La "rutina matutina" se instala de nuevo en nuestras vidas pero esta vez el desayuno es si cabe aún más cutre. No hay mesas ni sillas y lo sirven en la entrada del Hotel. Apenas unas pastas resecas y una botella de zumo, agua caliente e infusiones.
Iniciamos la ruta por asfalto cosa que se agradece pero en apenas unos kilómetros la tierra vuelve a aparecer para dificultarnos un poco la etapa.
La carretera no deja de ascender y la moto empieza a hacer extraños, se ahoga e inmediatamente inyecta gasolina para dar un fuerte acelerón, todo ello a una velocidad media de 15 km/h.
Pasa el tiempo y junto a él los kilómetros recorridos con este extraño comportamiento de la moto, a lo que hay que sumarle que ya no solo desacelera y acelera, sino que además se nos para en muchas ocasiones y cuesta volver a arrancarla. Nos comenzamos a preocupar ya que estamos en un lugar recóndito, a más de 4.000 metros de altitud y donde desde hace mucho no hemos visto ningún vehículo, no obstante las vistas son espectaculares.
 

 

 

 

 
No dejamos de ascender hasta alcanzar una cota que supera los 4.200 metros, así lo registra el gps de mi teléfono móvil.
      
Por fin y después de una larga y deseosa espera vemos el punto de inflexión de la montaña. Empieza el descenso y lo hacemos con la moto apagada, con una conducción suave y segura. En cuanto alcanzamos la cota de 2.000 metros la volvemos a arrancar, no hay fallo alguno y aceleramos ya que el tiempo nos está pisando los pies.
Por fin llegamos a Tupiza, una pequeña localidad con un fuerte ambiente tradicional. Nos alojamos en el Hotel  "Anexo Mitru" por 118 bolivianos (16€) con desayuno incluido.
Para aparcar la moto el mismo Hotel dispone de aparcamiento en su edificio principal que se encuentra justo en el centro. Después de descargar la moto Romà la va a aparcar.
Ya son las 17h y salimos en busca de algo para comer. Nos acercamos hasta un mercado donde en un puesto callejero tomamos un cuarto de pollo frito con unas patatas por 12 bolivianos cada uno. Para beber nos aventuramos a tomar una especie de jugo que preparan con mucha agua y el componente principal que puede ser durazno (melocotón), soya (soja) o frutilla entre otros. El precio es de 1 boliviano, una cantidad irrisoria.
 
Volvemos al Hotel en busca del descanso merecido y ya será hasta la hora de cenar que no nos moveremos de allí. Será en una rostisería muy cercana donde tomaremos pollo acompañado de arroz y ensalada, su precio es de 20 bolivianos cada uno y beberemos una cerveza de litro por 18.
Al terminar decidimos dar un paseo para saborear el ambiente tan pintoresco de la gente que habita en aquella ciudad. Hay muchísimos puestos de venta ambulante donde ofrecen diferentes tipos de panes, gelatinas, bebidas típicas, comida oriunda, objetos para el aseo personal, medicina natural, ropa, etc. Nos cruzamos con muchas mujeres que aún visten de la manera tradicional, con sus faldas hasta las rodillas llenas de pliegues, el pelo recogido en dos largas trenzas adornadas con unas borlas en su parte final y un sombrero tipo bombín que es más pequeño que el diámetro de su cabeza y que no se de que manera pero se sostiene fijo encima de ella.
Pero nuestro objetivo iba a ser otro, queríamos comprar hoja de coca. Quizá alguno os suene por haberlo visto en algún documental, al menos ese era mi caso. La hoja de coca es un remedio natural muy utilizado en toda Bolivia indicado para ayudar a combatir el mal de altura, para dar energía y mantener despierta y activa a la persona que lo necesita. Nosotros hemos podido comprobar que casi todo el mundo "bolea"en Bolivia. Se le llama "bolear" porque quien lo consume hace una gran bola en un costado de su boca y va dándole vueltas o lo masca para sacarle la substancia.
Nosotros hemos decidido probarlo, no lo consideran droga hasta que no se procesa y lo transforman en polvo, la famosa "cocaína" y realmente tiene todo su sentido.
Nos acercamos a una tiendecita donde una señora vestida al estilo tradicional nos despachará la mercancía. El precio por una bolsita pequeña es de 5 bolivianos y nos han recomendado que lo mezclemos con una substancia dulce o con bicarbonato ya que lo hace un poco más agradable. Compramos esos dos complementos, el dulce es una pastilla negra viscosa y el bicarbonato va envuelto en un pequeño rulo de papel, cada unidad nos cuesta 0,5 bolivianos.
Volvemos al Hotel. Aún me queda un poco de tiempo para dedicarle al blog y Romà se pone a ver una película en su ordenador. El cansancio me avisa que ya debo dormir y yo que no soy nadie para contradecirlo le obedezco sin rechistar.

Mapa de ruta:






*En la siguiente entrada colgaré un vídeo muy interesante, editado por Romà, donde podréis ver el momento de la compra de la hoja de coca a modo de "cámara oculta" y alguna sorpresa más. No os lo podéis perder!!!

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