18/01/2017 ILHA GRANDE - SAO PAULO
UN DIA VIAJANDO Y REENCUENTRO CON ROMÀ
Me levanto obre las 08h, sin haber dormido mucho y con pocas ganas de marcharme de ese paraíso natural donde me encuentro.
Después de desayunar termino de prepararme la maleta y pasadas las 09h emprendo rumbo hacia la playa de Abrao. Hoy me espera un día muy largo!
En el muelle, muy cerquita de la plaza principal del pueblo parte el barco "popular" con salida a las 10h, a las 13h y a las 17h y el precio es de tan solo 15 reales, completando el recorrido entre Abrao y Angra dos Reis en hora y media.
Hay compañías que ofrecen ese mismo trayecto pero lo realizan con lancha rápida y su duración es de media hora. Te cobran 50 reales y hay muchas más salidas durante el día.
Debo hacer una larga cola durante media hora para comprar el ticket en la taquilla que se encuentra en el mismo muelle.
Zarpamos y haciendo un lento recorrido llegamos al continente. Al pisar tierra firme pregunto a varias personas por la central rodoviária y me indican que tengo casi media hora caminando. Yo que pensaba que estaba cerca... a más hace un sol de justícia. Camino bordeando la costa y llego en el tiempo que me habían indicado. Allí canjeo el billete electrónico por uno de papel y espero casi una hora a que salga mi autocar.
A las 13h parte puntual, es bastante moderno y como casi siempre se han pasado con la poténcia del aire acondicionado. Durante el recorrido hace varias paradas y en una de ellas aprovecho para comprarme un par de croissants rellenos de queso y de pollo que están buenísimos porque con tanto ajetreo no he podido comer aún y son las 17h. Cuando me subo al autocar me doy cuenta que me han timado 5 reales ya que me ha cobrado un croissant de más. Ya no puedo reclamar nada, qué le vamos a hacer. Durante lo que queda de camino voy chateando con Romà para poder encontrarnos en el aeropuerto de Sao Paolo donde ha dejado a su chica con motivo de su retorno a Barcelona.
Llego al destino a las 21:15 y aún tengo que comprar el billete de autobús que me llevará al aeropuerto de Sao Paolo. Encuentro rápidamente la taquilla. La chica que me atiende me dice que el siguiente autobús sale a las 22:30. "¿Y no hay otro antes?", le pregunto sorprendido. Me dice que sí, que a las 21:30 hay otro pero que me quedan 5 minutos para tomarlo. El billete es muy caro, 47 reales, pero solo tengo esa opción para ir al aeropuerto o tomar un taxi que seguro me sale mucho más caro. Acepto el reto que me propone la taquillera y salgo corriendo hacia el aparcamiento 33. Llego con el tiempo justo, pero llego!
Hablé con Romà de la posibilidad de que me viniese a buscar a la estación de autobuses de Sao Paolo con la moto, pero no lo hizo gracia la idea. Tuvimos nuestras diferencias con el tema, a mí no me gustaba tener que gastar tanto dinero en ese autobús y tener que seguir viajando después de estar todo el día entre barcos y autocares y a él le daba "miedo" entrar con la moto al centro de la ciudad después de que todo el mundo nos hablase de la peligrosidad e inseguridad que se vive allí. Creo que los dos comprendíamos nuestras inquietudes y al final acepté que posiblemente era mejor que yo cediese ya que era lo opción más coherente.
Llego al aeropuerto a las 22:15 y después de dar varias vueltas por una pequeña zona me reencuentro con Romà. No penséis en un reencuentro de película con abrazos y lágrimas de felicidad, pero se que tanto él como yo estábamos contentos por estar juntos de nuevo en ésta aventura.
De nuevo retomamos las viejas costumbres, nos montamos en la moto y para no entrar en Sao Paolo nos desplazamos a un hotel de las afueras de la ciudad que Romà miró previamente. Se trata del hotel "Jin Ju" por el que pagaremos 120 reales con desayuno incluido. La moto queda a bien guardada en el aparcamiento privado del Hotel.
No hemos cenado, pero el cansancio y las ganas de dormir pueden con ello. Sin más nos metemos en la cama esperando con ganas el reinicio de este gran viaje...
No hay comentarios:
Publicar un comentario