CITY TOUR
Amanezco a poco más de las 09h. Como cada mañana tomo un "Hostelyuno" rodeado de muchísima gente, ruido y calor asfixiante. En la recepción no hay aire acondicionado, según los trabajadores es porque los jefes son muy tacaños. Lo cierto es que apenas se puede estar.
Ayer Flor me comentó que si iba a estar poco tiempo en Río me recomendaba realizar un tour que realiza una empresa y que te enseñan todo lo principal de la ciudad en apenas unas horas. Se contrata en el Hostel y te vienen a buscar con una furgoneta, te llevan a todos los lugares más emblemáticos, las entradas están incluidas y luego te devuelven al alojamiento. El precio es de 205 reales. Comparo la diferencia de precio que habría si fuese por libre y realmente es poca, por lo que considerando todos los ítems creo que vale la pena su contratación.
Las 12:40h es la hora a la que me pasarán a recoger por el Hostel.
Para hacer tiempo decido salir a dar un paseo, sacaré algo de dinero en el cajero, llevaré la ropa sucia a una lavandería que vi en la zona y buscaré algo en los alrededores para comer.
Se me empieza a echar el tiempo encima y como última opción me como aquella especie de croqueta gigante en un kiosco que hay al lado del Hostel. Con la boca llena veo pasar a quien me parece que debe ser el guía del tour. Me voy detrás de él y efectivamente, ahí está, puntual como un reloj.
Es un joven con el semblante de un híbrido entre Ronaldo (el gordo) y Ronaldinho. Nos subimos a una furgoneta y me comenta que hemos de ir a buscar al resto de turistas. Damos vueltas durante casi una hora hasta que estamos al competo. Hay brasileños, argentinos y una noruega entre otros.
Lo primero que vamos a ir a visitar es el Cristo "Corcovado". Cuesta mucho llegar ya que siempre se forman unas caravanas de vehículos enormes.
Después de subir por un cerro bajamos de la furgoneta y esperamos en un mirador a que el guía aparezca con las entradas.
Desde ahí un transporte privado rodante nos recoge y nos sube hasta el Cristo. Hay que remontar unas escaleras o tomar un ascensor que te lleva hasta el mismo pié del "Corcovado". Yo opto por la opción más física. Hay muchísima gente y hasta cuesta tomar una foto en condiciones.
En el suelo hay unas colchonetas donde la gente se tumba para intentar plasmar una instantánea en perspectiva, cosa que si aún cabe te lo pone más difícil para poder transitar en aquel nido de personas.
Tomo las pertinentes instantáneas y me distancio de aquél lugar.
El Cristo me parece una gran escultura, pero realmente me decepciona ya que en 5 minutos lo tienes visto. Cierto es que las vistas a la ciudad son preciosas, para mí el mayor atractivo de Río, la panorámica de su bahía.
Cuando estoy en el punto de encuentro con el guía alguien me saluda. Es Gonzalo y Mariano, dos hermanos argentinos que he conocido en el Hostel y con quien comparto habitación. Me comentan que han subido caminando y que cuando han llegado allí se han quedado sin batería en su teléfono y no habían podido tomar ninguna fotografía. Pese a que solo me quedan 10 minutos libres me ofrezco a hacerles algunas con mi teléfono y pasárselas esa noche, ellos aceptan e iniciamos una carrera contra reloj.
Esquivando a la gente como si de una carrera de obstáculos se tratase consigo tomarles varias fotos en distintos ángulos. Ya me tengo que marchar y ellos me lo agradecen mucho, se les ve muy buena gente!Seguimos con las visitas. Ahora pasaremos por el barrio de "Santa Teresa", un barrio de casitas con un claro perfil colonial donde vive un cierto número de artistas en contraposición con la cantidad de personas instaladas en las favelas que circundan la zona.
Sin bajarnos de la furgoneta y habiendo dejado atrás dicho barrio se puede observar la famosa favela de "Morro dos Prazeres".
Aunque está pacificada desde 2008 en 2016 se registraron varias muertes, la que más me llama la atención es la de un turista que iba en moto y que por error entró en la favela. Dicen que los narcotraficantes lo confundieron con un policía y lo mataron a tiros. Si queréis saver más sobre la noticia podéis clickar el siguiente link: Muere turista italiano en favela.
La siguiente parada será en la Catedral Metropolitana. Se trata de un edificio bastante feo por fuera pero que cuando entras sus gigantes cristaleras repletas de colores adornan deliciosamente su espacio interior. El arquitecto quiso representar que la verdadera belleza se encuentra en el interior de las cosas.
Seguimos ruta y ahora paramos en el barrio bohemio y encantador de "Lapa", donde iremos a ver la "Escalera de Selarón". Se trata de una escalera adornada con azulejos de todas partes del mundo que en 1990 empezó a colocar Jorge Selarón, un artista plástico chileno. Terminó su obra en 2013, momento en que lo encontraron muerto sobre la escalera (algunos dicen que apareció entre llamas y que la policía decretó que se trataba de un suicidio).
Al salir de allí nos dirigimos al último punto de visita, el "Pao de Açúcar" o Pan de Azúcar. Se trata de un "morro" o monte de 396 metros de altitud, y es una de las imágenes más conocidas de Río. Se accede mediante un "bondhino" o lo que es lo mismo, un teleférico que en apenas 3 minutos te lleva a una primera parada y en otros 4 minutos a la cima.
Las vistas son impresionantes, hay algunos pequeños paseos para hacer y algunas tiendas y cafés para comer o tomar algo mientras disfrutas de la panorámica. Encuentro menos gente que en el Cristo cosa que lo hace más tranquilo y encantador.
Terminado el tour y de vuelta al Hostel me acerco a un supermercado para comprar algo de comida.
Ya en la habitación del Hostel nos encontramos los ocupantes de la habitación y coincidimos en que sería una buena idea salir todos juntos a cenar y a tomar algo. Los chicos brasileños proponen ir a un restaurante de "comida a kilo". Es un self-service donde te sirves y te pesan la comida, el precio va en relación con el peso y no con el tipo de comida.
El grupo lo componemos los dos chicos brasileños, una argentina, los dos hermanos argentinos, una francesa y yo. Menuda mezcla!
El restaurante está muy cerca del Hostel y por unos 35 reales ceno satisfactoriamente.
Al salir de allī comentan de ir al barrio de Lapa para tomar alguna copa. Es un barrio que me han recomendado para salir, pero del que también me han avisado que debes ir con cuidado porque hay bastantes robos.
Los chicos brasileños, Pedro y Bruno, se encargan de avisar dos coches por "Uber", una aplicación de ciudadanos que transportan a gente a cambio de dinero. Sí, parecido a aquello que en España no se pudo llevar a cabo por la oposición de los taxistas.
El precio es muy económico, apenas 3 pesos por cabeza.
Después de dar algunas vueltas y ver el ambiente que se respira en aquel barrio (me recuerda lejanamente al "Born" de Barcelona) decidimos ir a un bar o almacén de bebidas para ser más exactos, con la intención de tomar unas cervezas y así poder charlar. Nos sentamos en una terraza alrededor de una mesa y comenzamos a pedir. Pasan las horas y las conversaciones no dejan de surgir. A media noche me pido unas patatas fritas, tengo hambre y necesito comer algo. Pese a que la gente en principio declina mi oferta cuando les ofrezco para que coman todos terminamos picoteando. Entre risas y cachondeo han caído 17 cervezas de 750cl. Parece mucho pero entre que somos 7 y que en Río no paras de sudar, el alcohol apenas sube y todos vamos frescos como rosas.
Volvemos al Hostel de igual manera que habíamos ido y en breve todos nos metemos en la cama a la misma vez. Es la ventaja que tiene dormir en la misma habitación.
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