Una de las cosas que menos me gustan de los tours guiados es que te marcan en todo momento los horarios y el tiempo que tienes para visitar cada cosa. Este no iba a ser menos y a las 06:15h ya estoy en pié para que me de tiempo de ducharme, preparar la maleta y desayunar antes de salir a la hora indicada, las 07:30h.
Pero como siempre, surge un problema, una de las dos duchas no tiene agua caliente por lo que se hace una cola considerable ya que por la noche la mujer no dejó ducharse a nadie.
Después de pasar un buen rato de frío he podido asearme y tras prepararme la maleta me voy al comedor a tomar un "Hostelyuno".
Antes de salir intento ir al baño pero hay uno embozado que no se puede utilizar y el otro tiene "overbooking". En el último momento puedo ir pero alguien viene a buscarme porque el chófer está metiendo prisa. Nos han cambiado a Germán, en su lugar un nuevo conductor de porte más serio será nuestro guía durante lo que queda de tour.
A las 08h estamos saliendo en dirección sur, ocupamos el 4X4 las dos parejas chilenas y nosotros.
La primera parada la hacemos en el "Valle de Rocas", un conjunto de rocas enormes moldeadas por el viento.
Seguimos hasta llegar a la "Laguna Cañapa", donde vemos los primeros flamencos. Un paraje lunar con unas altas montañas nevadas de fondo.
Tras seguir unos cuantos kilómetros hacemos una parada para comer un plato preparado compuesto de pollo a la plancha y pasta de acompañamiento.
Yo como poco porque mi boca no me ha dado respiro y el dolor ha ido en aumento, lo malo es que no tengo medicación y debo ir pidiéndole a Araceli y a Loreto varias patillas de ibuprofeno para calmar un poco el dolor que es intenso. Afortunadamente Loreto está estudiando medicina y me aconseja sobre lo que debo tomar. No obstante y por experiencia se que lo que necesito es antibiótico, concretamente "amoxicilina", lo que siempre me receta el dentista cuando paso una crisis de este tipo.
Al terminar vamos hasta la "Laguna Hediona". Recibe el nombre por el mal olor que desprende, pero el paisaje es muy bonito, con la tierra de tonos rojizos que la rodea y con un efecto espejo en el poco agua que posee.
Siguiendo recorrido llegamos hasta la "Laguna Honda". Un paisaje envuelto por grandes dunas de fina arena color marrón que te hace sentir estar perdido en un recóndito desierto.
Volvemos a la ruta, circulamos a través de dunas y caminos que hubiesen sido completamente impracticables con la moto y que de bien seguro nos hubiésemos perdido ya que no hay ninguna carretera que te marque el camino a seguir.
La siguiente parada será en medio de una zona desértica donde el viento sopla sin compasión. El motivo de la parada es ver el "Árbol de Piedra". Tomamos varias fotos sin entretenernos mucho y rápidamente volvemos al coche para continuar con el recorrido.
Tras un buen rato llegamos a la "Reserva Nacional Eduardo Avaroa" donde nos recibe la tan famosa "Laguna Colorada". El fuerte viento golpea nuestros cuerpos y hasta se hace difícil poder tomar alguna foto.
Nos resguardamos tras una caseta a la espera de que el guía vuelva con las entradas compradas. El precio es de 150 bolivianos por persona.
Ya con las entradas y justo antes de acceder al parque otro guía se acerca a nuestro coche y nos ofrece la posibilidad de cambiar la planificación de nuestro tour pudiéndonos bañar en unas aguas termales de noche y no de mañana como estaba estipulado. También nos ofrece la posibilidad de quedarnos en otro alojamiento que según nos cuenta está en mejores condiciones, pero como en todo siempre hay un "pero" y es que si aceptamos esta nueva opción debemos pagar 10 bolivianos más. Los 6 estamos de acuerdo en hacerlo así.
Ahora que ya estamos dentro de la Reserva nuestra siguiente parada va a ser en los
"Geisers Sol de Mañana". Aunque el viento sigue soplando fuertemente y la temperatura no deja de descender la imagen que vamos a presenciar es digna de luchar un rato contra los factores climatológicos.
Dos enormes géiseres de vapor de agua con un fuerte hedor a azufre semejante al olor que desprenden los huevos podridos nos hace abrir la boca de admiración, pero todo se incrementa cuando vamos a unas pozas de lodo que burbujean a causa del calor y de la actividad de la madre tierra. Se nos pone mal cuerpo cuando el guía tras avisarnos de que vayamos con cuidado al caminar por esa zona, nos explica que hace un par de años un guía cayó a una de esas pozas y murió quemado.
Un ambiente único que nos dejó totalmente atónitos.
Al salir de allí nos dirigimos al alojamiento contratado, el cual se encuentra a los pies de una nueva laguna. Somos los primeros en llegar y no hay nadie, ni siquiera están las personas que custodian las llaves de las habitaciones. Solo nos queda esperar a que la familia que se encarga de su mantenimiento venga a ponerlo todo en orden.
De mientras mi muela sigue haciendo de las suyas, no me ha dado casi respiro y he tenido que ir tomando ibuprofeno cada 6 horas. Francisco tampoco se encuentra bien, parece que está incubando una gripe o algo parecido, tiene los ojos muy rojos y apenas ha dicho palabra en toda la etapa de hoy.
Casi 1 hora tardan en llegar los trabajadores y por fin nos otorgan la habitación; una construcción de ladrillo gris a vista, el suelo hecho de piedrecitas y las camas que reposan sobre grandes piedras la hacen a la vez que curiosa muy poco funcional.
Fernando se tumba en la cama y lo tapo con mi chaqueta ya que lo veo tiritar. Su chica se encarga de todos sus cuidados.
Han servido unas galletas con té e infusiones que solo Romà se ha dado cuenta. En un momento determinado lo oigo levantar la voz más de lo normal. Resulta que uno de los guías le ha llamado la atención por coger varias galletas reprochándole que son para todo el mundo. Romà que apenas ha tomado 5 o 6 no se ha podido quedar callado y ya ha hecho una "nueva amistad".
Alejándose de ese momento un tanto tenso viene a avisarnos a la habitación de que hay merienda servida y todos vamos a la mesa excepto Francisco que se queda en la camada reponiéndose.
Después de tomar unas cuantas galletas acompañándolas de un delicioso "mate" (así es como llaman allí a las infusiones) me pongo un rato con el blog, pero para poco me da porque la cena casi se junta con la merienda; sopa y pasta es el menú de esa noche.
Hace mucho frío y el ir a las termas que se encuentran a unos 500 metros se hace una ardua tarea, incluso nos planteamos la posibilidad de dejarlo estar, pero finalmente seremos Romà, Sergio y yo que emulando a los más valientes "Espartanos" nos armamos de valor y calzados en nuestros bañadores y bien tapados con la toalla a modo de falda nos disponemos a salir a luchar contra las inclemencias del tiempo.
Nos cambiamos rápidos y de la misma manera entramos en la piscina. El agua está muy caliente y da gusto permaneces allí sabiendo el frío que hay en el exterior.
Serán casi 50 minutos los que pasaremos allí dentro entre conversaciones y risas.
Al salir no notamos el frío exterior y nos cambiamos velozmente ya que nuestro chófer nos está esperando.
Ya de vuelta al alojamiento el resto de nuestros compañeros de expedición duerme. Tendemos la ropa mojada allá por donde podemos y nos acostamos.
Yo tomo mi último ibuprofeno a la espera de que me haga efecto para poder descansar en lo que me queda de noche...
No hay comentarios:
Publicar un comentario