domingo, 5 de febrero de 2017

04/02/2017 COCHABAMBA
PROFESORES EN LA EPB (ESCUELA POLICIA BASICA) DE COCHABAMBA

Nos levantamos a las 08h ya que a las 09h tenemos cita con el Capitán. 
Desayunamos en el Hostel pensando que entraba en el precio, pero no es así, 5 bolivianos a cambio de dos panecillos con un poco de mermelada y mantequilla y un jugo. 
A las 09h nos presentamos en el cuartel. El Capitán ya está equipado para jugar a fútbol y el resto de hombres van apareciendo. Se forman los equipos, tres en total. Yo juego en el del del Capitán y Romà en uno de los otros dos. Comienzan los partidos! La banda de música de la policía está ensayando mientras jugamos los partidos, es un ambiente de lo más pintoresco. Los partidos duran 20 minutos y quien gana se queda en la cancha. En el primer partido se enfrentan nuestros equipos. Notamos de manera considerable la falta de aire a causa de la altitud ya que a la que damos un par de carreras estamos ahogados, deberemos dosificarnos mejor. Finalmente gana el partido mi equipo por poca diferencia. Ganamos un encuentro más, pero en el tercero, en el que nos volvemos a enfrentar con el de Romà nos ganan con una estelar actuación del "noi de Molins", mete 5 goles a lo "Julio Salinas" pero de esa manera da la victoria a su equipo. 
Los enfrentamientos se siguen sucediendo, incluso pierdo la cuenta de cuantos hemos jugado, lo que tengo claro es que hemos jugado desde las 09h hasta las 13h, una paliza considerable teniendo en cuenta que apenas hemos practicado deporte desde que iniciamos el viaje. 
Al terminar nos invitan a comer en su cantina un poco de pollo con acompañamiento. Al terminar el Capitán nos recuerda que hoy nos espera a las 15h para ir a comprar la carne para el asado de la noche. Apenas nos queda tiempo de llegar al Hostel, ducharnos, cambiarnos de ropa y volver para el cuartel.
Nos presentamos puntuales y el Capitán sale motorizado indicándonos que le sigamos. Nos lleva a un par de supermercados donde compra varios kilos de carne y alguna cerveza de la zona para que las probemos. Asustados por la gran cantidad de carne que ha adquirido nos explica que a parte de nosotros también irán unos familiares que han venido ha visitarlos desde Argentina. Hacemos el intento de pagar parte de la compra pero el Capitán no nos deja, somos sus invitados y quiere convidarnos. 
Circulamos por varias zonas de la ciudad y en un barrio periférico, en lo alto de un cerro, llegamos a sus casa. 
Nos da un par de cervezas para que nos refresquemos y nos presenta a su familia. Nos explica que su cuñado es Teniente de la Escuela Básica Policial y nos pone en contacto con él. En la conversación que mantenemos nos ofrece la posibilidad de ir a visitarla y de paso, si queremos, que demos una charla a los 150 alumnos que hay ahora en formación. A nosotros nos parece una idea fantástica y nos comprometemos a ir después de la cena.
Mientras que los hombres de la casa preparan las brasas, la mujer del "Capitán" nos lleva a pasear por un gran mercadillo, el "Mercado Chino", donde se venden objetos robados como teléfonos o bicicletas. Dejamos nuestros objetos de valor en la casa a sugerencia de la mujer ya que se ve que el lugar es un poco inseguro. Allí hay muchísima gente y  puestecitos "ordenados" por categorías: comida, artículos de regalo, electrónica, ferretería, dulces, panadería, animales enjaulados (como hace años había en la Rambla de Barcelona) y lo que más nos sorprende, puestos de venta de fetos de animales destinados a la ofrenda para la "pachamama", donde se encuentran fetos de llamas, de pájaros, de pollos y de otros animales que nos cuesta distinguir.
Este rito se basa en la ofrenda a la "madre tierra" más comúnmente llamado "cora".  Lo que la gente hace es enterrar estos fetos o quemarlos en un fuego que hacen sobre el suelo o en una pequeña barbacoa y a cambio le piden deseos o milagros. Según nos cuentan esos ritos funcionan pero solo con la gente que tiene mucha fe en ello.
La mujer compra en el mercado varias mazorcas de "choclo" (maíz) hervido y unos panes dulces y salados. 
Al volver a la casa nos sirve queso fresco hecho tradicionalmente, el choclo y los panes que ha comprado. La mujer se desvive por hacernos sentir a gusto y ciertamente lo consigue. Mientras comemos charlamos con ella y no se si a causa de la medicación para la muela o el cansancio o ambas cosas estoy que no me aguanto de sueño. Debo hacer un gran esfuerzo para pasar ese mal rato que no puedo dominar. Para romper con esa dinámica subimos a la terraza donde se encuentran los hombres y el resto de invitados. Hacemos las pertinentes presentaciones y uno de los invitados nos muestra un juego tradicional de Bolivia. El nombre no lo recuerdo pero puedo explicar que se trata de una pequeña caja que tiene la superficie inclinada con un agujero en medio. La cajita se sitúa en el suelo y lo que hay que hacer es introducir una moneda de 1 boliviano en el agujero lanzándola desde una distancia aproximada de 5 metros. Aunque lo intentamos durante casi media hora no conseguimos meter ninguna, los autóctonos que también lanzan en alguna ocasión tampoco lo consiguen.
Para beber nos ofrecen "chicha". Una bebida tradicional obtenida por la fermentación del maíz. Dicen que no tiene alcohol pero que igualmente se sube a la cabeza. Nosotros lo probamos y no nos gusta. Nos explican que mejora el sabor si se le añade helado de canela pero hoy no tienen, a cambio le ponen helado de frambuesa que le compran a un vendedor ambulante que sube hasta su casa. Aunque está algo más rico no volveremos a probarlo en lo que queda de noche y no porque no tengan, han comprado una garrafa de 20 litros y ya se han bebido más de la mitad.
Para acompañar la carne que están asando suelen tomar un picadillo muy picante que se hace con tomate, especies y ají. El Capitán tiene temporalmente una "cholita" (chica o mujer de costumbres tradicionales de Bolívia) muy joven que les ayuda a hacer las tareas en casa. La llaman "Evita" y se le ve muy vergonzosa.
Ella se ha atado el delantal y está moliendo la salsa sobre una piedra al modo tradicional. Les pido permiso para prepararlo yo y ahí me equipo con un delantal y empiezo a moler. Es sencillo, lo malo es que la piedra es muy bajita, ideal para la estatura de "Evita", pero aún y con esas el resultado sale óptimo, o al menos eso me dicen.
Hemos comenzado muy temprano a cenar, apenas son las 21h y debemos irnos hacia la Escuela de Policía ya que allí nos espera el Teniente. La Escuela se encuentra a las afueras de "Cochabamba" y con las indicaciones que nos han dado llegamos en poco más de media hora.

Cuando aparecemos por la puerta el Teniente nos está esperando. Nos recibe muy cordialmente y nos acompaña a un cuartito donde hablamos sobre lo que vamos a hacer allí. En cuanto salimos varios alumnos salen corriendo a toda prisa hacia el patio de banderas para formar ante la presencia de su superior. Después de pasarse las novedades ordena a todos los alumnos que se dirijan a una aula que está detrás del patio. Entramos los últimos con él. Los 150 alumnos están sentados esperando a escuchar las noticias que les tiene preparadas el Teniente. Les explica por qué motivo estamos allí y de dónde venimos. Los alumnos parecen estar más atentos si cabe al recibir una visita sorpresa, fuera de lo común y lejos de toda actividad rutinaria. 
Comenzamos la charla haciendo una leve presentación tanto personal como profesional. Les explicamos los principios básicos de actuación en nuestro trabajo, unas pinceladas históricas sobre nuestro cuerpo, algunas técnicas de defensa y varias anécdotas que nos han servido de experiencia.
Al final abrimos una tanda de ruegos y preguntas en el que varios alumnos participan activamente. Nosotros respondemos minuciosamente para tratar de ayudar a los futuros policías.
La charla ha durado 2 horas, algunos alumnos han estado muy atentos, otros casi se dormían (esperemos que sea por el cansancio y no por no haber sabido mantener su atención). Nos sentimos orgullosos, creemos que sin tener preparado nada hemos dado una charla entretenida, variada y con temas muy importantes e interesantes. Realmente estamos muy satisfechos! Al terminar nos tomamos varias fotos con todos los alumnos, un bonito recuerdo!
El Teniente vuelve a pedir que todo el mundo vaya al patio a formar. Los 2 Sargentos que hay se encargan de pasar las novedades con los alumnos y el Teniente aprovecha para enseñarnos la academia. Posee dos pabellones donde duermen separados chicos y chicas, un comedor, una pista para hacer deporte, el aula de formación y el patio, es pequeñita pero funcional.
En cuanto volvemos al patio el Teniente habla con los Sargentos y tras darse las novedades hace romper filas a los alumnos.
Nosotros le agradecemos enormemente el recibimiento que nos han hecho y la posibilidad que nos han dado de poder estar allí. Él muy educado nos agradece a nosotros nuestra colaboración y el tiempo invertido en ello estando de vacaciones.
Empieza a tronar, debemos acelerar si no queremos que nos coja la tormenta. Nos hacemos un par de fotos a la puerta de la Escuela y tras despedirnos del Teniente salimos disparados hacia el Hospedaje.
A medio camino la lluvia nos da sus primeros avisos y cada vez cae más fuerte, lo suficiente como para que cuando llegamos al Hostel toda la ropa que llevamos esté empapada.
Antes de acostarnos extendemos la ropa mojada por toda la habitación, aquello parece un mercadillo! 
Nuestro cuerpo no da para más, es más de las 01h y no hemos parado en todo el día, demasiadas emociones vividas por digerir...

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