22/02/2017 LIMA
MOTO E IMPLANTE TODO OK
Seguimos el ritmo del sol y aunque a las 07h ya estamos despiertos no nos levantamos hasta las 08h. Hoy tenemos por delante un día de muchas gestiones por hacer.
Primero de todo salimos a desayunar. Lo hacemos en un local/vivienda donde sirven bocadillitos por 1 sol. Romà se come 3 y yo 2 y lo acompañamos con un vaso de chicha morada (10 soles).
Con las pilas recargadas empezamos a movernos. Primero de todo nos acercamos a una ferretería en busca de una llave de tubo que nos permita aflojar la rosca del motor de la moto para poder hacer el cambio de aceite. La encontramos rápido aunque se trata de una clavija para una carraca por lo que tendremos que adquirir también la manivela. Llegamos a un acuerdo con el vendedor para que nos la deje prestada, lo que sí le compraremos será el cabezal que cuesta 10 soles. Como fianza le dejamos 100 soles hasta que se la vayamos a devolver.
Romà se "viste" de mecánico y comienza con las tareas de puesta a punto y yo aprovecho ese momento para agarrar la máquina cortapelos y darme un buen repaso.
Aunque he estado un buen rato veo que Romà sigue liado y para adelantar trabajo me voy a hacer unas fotocopias de los documentos que tiene que rellenar para poder hacer el envío de la moto.
Al volver me dice que quiere ir a lavarla, un tiempo que yo dedicaré a ir a devolver la llave a la ferretería. Una vez allí el dependiente comprueba que la pieza está en perfectas condiciones pero no puede evitar comentarme "si que tienen la moto lejos, pensaba que estaba en Segovia" con un tono irónico que no me ha agradado nada. Le explico que estamos al lado y que si hemos tardado es porque hemos hecho varias gestiones antes de ir a devolvérsela. Parece incrédulo de que solo hayamos aflojado y apretado una rosca, pero así ha sido.
Ya en el Hotel Romà aún no ha vuelto y lo espero en la habitación. A su llegada me cuenta con cara de extrema felicidad que han dejado la moto impoluta y que solo ha costado 10 soles.
Nos tomamos un rato de relax y a las 12h salimos hacia el dentista. Agarramos un taxi con el que acordamos el precio del trayecto en 10 soles. En media hora llegamos y por el aspecto de la clínica me parece que voy a tener que ir preparando una buena cantidad de dinero. La recepcionista nos indica que debemos subir a la segunda planta. Pico a la puerta del consultorio y me atiende una ayudante a la que le comento que voy recomendado por Arturo, hermano de Humberto (Otto para los más cercanos). Después de un rato sale el doctor y me pide que espere un rato. Por fin me toca! Entro y le explico mi problema. Se pone manos a la obra y en media hora me lo tiene solucionado. Me sorprende lo rústico que es como trabaja dentro del espacio bucal, pero lo cierto es que ha sido muy efectivo. Una vez termina le explico qué estamos haciendo en Perú y se queda maravillado con nuestro viaje. Se le ve un tipo muy simpático y agradable. Me comenta que en un inicio no sabía si me iba a poder solucionar el problema porque no tenía la certeza de tener la herramienta correcta, pero que "hay que meterse y apañársela como uno pueda para salir exitoso".
A la hora de marchar le pregunto si he de pagar en la recepción y a modo de broma me dice que sí e inminentemente añade "usted agarre su moto y se marcha nada más, no tiene que pagar nada, tan solo encárguese de nombrarme en su blog y en disfrutar de su aventura". Me quedo boquiabierto y le doy un abrazo en muestra de agradecimiento entregándole una de nuestras tarjetas y haciendo mención del seguro cumplimiento del pacto al que hemos llegado. Poco puedo decir más que volver a darle las gracias tanto a Arturo (el primo de Jason) que me ha ayudado en todo lo que ha podido mientras hemos estado en Lima y al Doctor Jaime por haberme solucionado de manera desinteresada el quebradero de cabeza que tenía con mi dentadura. Una nueva lección de bondad de la gente de Sudamérica.
Y como dice una canción de Sabina "Yo, que siempre cumplo un pacto, cuando es entre caballeros...", aquí dejo su referencia:
Doctor Jaime Carranza Garibaldi
Clínica San Martín
Calle Jirón Brea y Pariñas 109
Barrio de Surco
Lima (Perú)
Nos da tiempo a volver al Hotel para la hora de comer. Negociamos con un par de taxis el precio pero no logramos bajar de los 12 soles (2 soles más que a la ida) escudándose los taxistas bajo el argumento de que a la vuelta hay mucho más tráfico.
Nuestro destino para comer será en la cevichería de Germán, un amigo del propietario de nuestro alojamiento.
Allí tomamos cada uno un plato de ceviche que acompañamos con un par de cervezas "cuzqueña" de 660ml. El precio sale algo elevado pero ya nos comentaron que el ceviche está por las nubes, 62 soles en total (18€).
Allí tomamos cada uno un plato de ceviche que acompañamos con un par de cervezas "cuzqueña" de 660ml. El precio sale algo elevado pero ya nos comentaron que el ceviche está por las nubes, 62 soles en total (18€).
Antes de volver al Hotel nos acercamos a recoger la ropa de la lavandería que está muy próxima. Por el camino paramos en un bar donde compramos los famosos "marcianos", unos helados tipo "polín" pero de fabricación casera y preparados a base de fruta. Su coste 1 sol cada uno.
Con todas las tareas listas y cada uno feliz por haber solucionado sus problemas, nos tomamos algo más de hora de tiempo libre. Yo sigo liado con el blog y Romà tiene un momento "Juego de Tronos -GOT-", algo que empezaréis a ver nombrado a partir de ahora, su nuevo vicio.
Para no pasar toda la tarde encerrados en la habitación decidimos salir a dar un paseo. Yo quiero probar la "cremolada" una especie de helado/granizado que se ha puesto de moda en Perú. Salimos caminando siguiendo las indicaciones que nos ha dado Fernando. De camino paramos en una farmacia para comprar "tiamina" o lo que es lo mismo, vitamina B1, una recomendación que me ha hecho el dentista ya que según me ha comentado si tomas esa substancia la sudoración que emanas desprende un olor que los "zancudos" (mosquitos) detestan por completo y de esa forma podremos evitar sus temibles picaduras. Por fin damos con un puesto donde comer ese famoso helado, pero al ver que se trata de hielo picado bañado en una crema líquida de diferentes sabores a elegir decido cambiar de plan. Muy cerca vemos un bar que se encuentra medio abierto donde anuncian batidos, preguntamos si está cerrado y nos dicen que podemos entrar ya que están a punto de abrir. Parece que han levantado la persiana antes de su hora para nosotros y tomamos unos deliciosos batidos, uno de mango y el otro de papaya con leche de tamaño XL por los que pagamos 13 soles.
Con la panza contenta y de vuelta al Hostel se nos ha echado la tarde encima y siendo las 19h nos reactivamos, hay que hacerse la maleta para nuestro viaje a la selva. Arreglamos todo y hablamos con Fernando para pedirle un par de favores: que nos permita dejar la moto estacionada en su alojamiento mientras estamos en Iquitos y que nos guarde las maletas de la moto. Accede sin poner ningún inconveniente mostrando una gran disposición.
Ya con todo a buen recaudo salimos a cenar. Paseamos un poco por la zona y finalmente caemos en un puestecito callejero donde sirven patatas rellenas y refresco de papaya a un precio muy económico. Nos atiende Bryan, un joven con el que hablamos durante la cena de un poco de historia y de qué nos ha llevado a estar en Perú. Romà se toma una patata, yo sin embargo que estoy algo famélico me tomo 3. Se trata de patatas rellenas de carne con un sabor exquisito. Bryan de vez en cuando llama a gritos a algún familiar ya que todos viven en ese mismo callejón para que le traigan platos y patatas recién hechas. Parece que le hemos caído bien y nos invita a un nuevo refresco antes de que nos marchemos. La cena ha salido barata, 9 soles los dos.
Justo antes de irnos observamos dos jóvenes que corren detrás de alguien a la voz de "agárrenlo!". Se acaba de cometer el robo de un teléfono a una chica. Ya nos avisaron que en un cerro muy cercano había una barriada peligrosa a la que era mejor no acercarnos. Aunque nuestra primera intención es salir corriendo detrás de él evocamos al sentido común y decidimos quedarnos donde estamos.
Nos despedimos amistosamente de Bryan y volvemos al Hotel.
En la habitación el calor se hace horroroso y debemos abrir la ventana y la puerta para que corra algo de aire.
Tenemos un poco de tiempo libre antes de acostarnos, pero no mucho, mañana a las 05:10h debemos levantarnos. Ya hemos acordado con Fernando que avisaría a un amigo suyo que es taxista para que mañana nos lleve al aeropuerto, hora de recogida, las 05:30h.
No hay comentarios:
Publicar un comentario