11/02/2017 CUZCO
UN DÍA EXTRAÑO
Extrañamente cada día nos levantamos más temprano. Esta noche en el Hostel, un par de borrachos nos han despertado en varias ocasiones con sus griteríos, por suerte no nos hemos desvelado y hemos podido seguir durmiendo sin problemas.
Al levantarnos le consultamos a la chica del Hotel por un lugar para ir a desayunar y nos comenta que ella nos puede preparar el desayuno allí: huevos revueltos, mantequilla, mermelada, mate, jugo y pan. Como es lo más cómodo aceptamos su ofrecimiento.
El desayuno no ha estado mal aunque algo escueto.
Hoy por la mañana iremos en busca del filtro de aceite para la moto. En pocos kilómetros le toca el cambio de aceite y de filtro y hace unos días que Romà me lo va comentando.
Nos acercamos a una tienda que hemos visto por internet y allí no tienen el material que necesitamos, pero nos derivan a la calle "Huayna Capa" donde hay muchas tiendas de motos y de repuestos.
Al llegar preguntamos en todas las tiendas que recorren la callecita y en ninguna lo tienen. Nos comentan que eso ya lo deberemos buscar en la capital porque los recambios que ellos tienen son para motos de pequeña cilindrada, las grandes dominadores en el mercado peruano.
Así que de nuevo, como en tantas otras ocasiones, todos nuestros esfuerzos han caído en saco roto.
Volvemos al Hostel y hemos visto que justo al lado hay una cevichería. Como el desayuno ha sido un poco escueto y hace días que andamos buscando comer ceviche nos acercamos para compartir uno de trucha. Para acompañarlo bebemos una coca cola de litro. Todo nos cuesta 23 soles (6,5€).
Hacemos algo de tiempo y cumpliendo con lo que nos dijeron al mediodía nos entregan la ropa limpia aunque aún está algo húmeda.
Tras guardar todo en la moto bajamos al centro en busca de una agencia recomendada para contratar un tour de varios días con la intención de ascender caminando al "Machu Pichu". El centro de "Cuzco" es bastante enrevesado. Es una zona muy bonita pero llena de calles empedradas, empinadas y cuanto menos te lo esperas te encuentras unas escaleras que te hacen imposible el avance con la moto.
Encontramos un sitio donde poder dejarla estacionada mientras buscamos la agencia. Sin mucha dificultad y callejeando un poco damos con ella, se llama "Machupichi Vip Tours" y se encuentra en un patio colonial en la calle Procuradores. Allí contactamos con Luis, un chico joven y muy amable que nos atiende y se le ve dispuesto a ayudarnos en todo lo posible. Nos comenta que ahora mismo el tour más famoso que hay es el llamado “Camino Inca", pero no está disponible ya que está cerrado debido a que el cupo de gente que lo puede hacer es limitado y ya se encuentra completo. Nos comenta que para poder encontrar plazas tendríamos que haber hecho la reserva con casi 2 meses de antelación, pero que nos puede ofrecer otro tour a un precio mucho más competitivo y muy completo que seguro será de nuestro agrado. Se trata del "Inca Jungle”, un tour que incluye 4 noches de hotel, desplazamientos, todas las comidas comidas, un descenso en bicicleta por una carretera sinuosa y como colofón el ascenso y la entrada al deseado Machu Pichu. El precio es de 212 dólares. Decidimos contratarlo ya que nos parece un buen precio a cambio de todo lo que nos ofrecen.
Como nuestra intención es cambiar de alojamiento debido a que seguimos sin disponer de aparcamiento hablamos con Luis para ver si nos puede ofrecer alguna alternativa. Él nos comenta que muy cerca hay un Hostel muy humilde y económico y que el tema de aparcar la moto en el centro es muy complicado ya que los precios que cobran por estacionarla al día en un aparcamiento privado puede ascender hasta los 40 soles. No obstante nos comenta que va a hacer una gestión para ver si puede encontrar alguna solución. Después de hacer una llamada telefónica nos confirma que ha conseguido el permiso para que podamos estacionar la moto dentro del patio donde se encuentra la agencia. La parte negativa es que la moto no puede entrar a través de la Plaza de Armas ya que está toda controlada por policía y el centro está cortado al tráfico, pero que al inicio de la calle hay unos escalones que si somos capaces de superarlos con la moto el problema estará resuelto. Nos planteamos la dificultad de bajar la moto, pero aún más de sacarla, a lo que nos contesta que si el día que nos vayamos la sacamos pronto, aunque hay control policial a esa hora no nos dirán nada. Ya veremos que pasará!
Aceptamos el trato, todo sea por mantener el "modo ahorro", con esta gestión habremos dejado de perder cerca de 200 soles, una buena cantidad de dinero.
Uno de los chicos de la agencia acompaña a Romà hasta los escalones de la calle. Allí vaciamos la moto quitándole "la gorda" y las colchonetas. Hay que retirarle todo el peso que podamos para bajarla mejor. Con todo listo Luis, su compañero Romel, Romà y yo nos preparamos a bajar la moto con el máximo cuidado de que no se venza. Increíblemente y en contra de todo pronóstico no cuesta tanto bajarla y sin mucho esfuerzo logramos dejarla estacionada en el patio.
Romà que parece estar obsesionado con la tensión de la cadena (reconozco que si lo dice es por algo, yo no me entero de nada a lo que se refiere a la mecánica y funcionamiento de la moto) se pone a regularla mientras yo charlo con Luis sobre nuestro viaje, la moto y otros asuntos.
Otro problema que surge es donde podremos guardar "la gorda", las colchonetas y nuestra ropa de moto. Luis rápidamente nos ofrece la posibilidad de dejarlas en la agencia. Realmente Luis es un gran tipo, se ha esforzado mucho por ayudarnos en todo lo que ha podido y verdaderamente nos ha solucionado todos nuestros problemas. Le debemos una, sin duda!
Al terminar con la moto y tras haber cogido la ropa que vamos a necesitar para pasar los próximos días, le agradecemos toda su ayuda y quedamos en vernos mañana para terminar de pulir los detalles del tour, lo que es seguro es que empezaremos a caminar pasado mañana. Pero en ese momento noto que algo me falta. Oh no! Mi mala memoria me ha vuelto a dar una mala pasada, olvidé mi mochila en el hotel que nos habíamos alojado la noche anterior. Ahora tendremos que volver… si es que como decía mi abuela “quién no tiene cabeza debe tener piernas”.
Antes de empezar el nuevo éxodo, nos pasamos por al Hostel que nos había recomendado Luis para dejar nuestros macutos, se llama "El Procurador del Cusco" y en menos de tres minutos nos plantamos allí. La habitación con dos camas y baño compartido nos sale por 46 soles la noche sin incluir desayuno. Un buen precio por estar en pleno centro de la ciudad y considerando que ese importe es casi el que nos querían cobrar por estacionar la moto diariamente.
Ahora toca buscar un taxi para ir a buscar mi mochila olvidada. En plena Plaza de Armas negociamos con dos taxistas, el primero nos pide 18 soles, un precio un tanto abusivo por el trayecto que debemos realizar, pero al segundo taxista que le consultamos logramos acordar el importe de 10 soles. Una vez llegamos, allí estaba mi mochila, la tenían guardada los propietarios, tal y como yo les había pedido. Uno por el otro ahí se había quedado.
Ya con ella en mi posesión volvemos con el mismo taxista al centro de Cusco.
Después e aposentar, ahora sí, todos nuestros enseres en el Hostel, nos damos una ducha y nos disponemos a salir a dar un paseo por el centro de la ciudad colonial.
Unos amigos nos dijeron que en Perú falsificaban con mucho "arte" ropa de marca y a más de buena calidad. Como Romà y yo tenemos varias prendas en un estado deplorable preguntamos a un taxista dónde venden ese tipo de ropa a lo que nos responde que a unas pocas cuadras, en la zona de la "Calle Nueva" podemos encontrar. Por 2 soles nos aproxima un joven muy simpático en su mini coche, del que parece estar muy orgulloso ya que es muy nuevo. Empezamos a caminar y las tiendas se muestran a cada paso que damos. En unas ofrecen ropa que dicen ser de marcas originales, en otras reconocen que son falsas y hay otras que se nota en exceso que son una burda imitación. Terminamos por mirar mucho y comprar poco, o mejor dicho nada. Como no hemos comida y el hambre aprieta, pese a ser las 19:30h decidimos entrar en un local tradicional donde toda la gente que hay comiendo es autóctona. Una sopa de primero y milanesa de pollo de segundo por 6 soles será nuestro menú de hoy.
Al terminar y de camino al Hostel nos topamos con tiendas con ropa de montaña falsa, predominando la marca “North Face” por encima de todas. Ahí si que pecamos y tras comparar los precios y modelos en varias de ellas terminamos comprando aquellas que nos gustan pese a no haber sido capaces de bajar ni un en el regateo sol al vendedor. 100 soles pagamos por cada una. El material es bueno y aunque las terminaciones no son “exquisitas” por el precio pagado está más que bien. También hay mochilas, tapabocas, pantalones… pero no queremos dio debemos gastar dinero en meros caprichos.
Seguimos nuestro paseo por el centro y cerca de la famosa piedra de 12 ángulos (ya explicaré de que se trata) encontramos un local con happy hour que ofrece 2 bebidas por 15 soles.
Como apenas salimos nunca convenzo a Romà para quedarnos a tomar algo. El local es muy chulo, tiene un aire bohemio y la pared se encuentra adornada con grandes recipientes de vidrio que contienen pisco macerado con diferentes substancias: cítricos, canela, hierbas aromáticas, etc. Yo me pido un “chiclano” que se compone de pisco macerado con eucalipto rebajado con ginger ale y Roma se pide algo más clásico, el típico Mojito. A mí no me ha gustado mi trago a lo que hay que sumarle que sigo enganchado a mi medicación para el dolor de muelas, una mala combinación el alcohol con el antibiótico. Así que sin alargarnos mucho más nos volvemos al Hostel con la intención de dormir en una de las peores habitaciones en las que hemos descansado durante todo el viaje…
Como apenas salimos nunca convenzo a Romà para quedarnos a tomar algo. El local es muy chulo, tiene un aire bohemio y la pared se encuentra adornada con grandes recipientes de vidrio que contienen pisco macerado con diferentes substancias: cítricos, canela, hierbas aromáticas, etc. Yo me pido un “chiclano” que se compone de pisco macerado con eucalipto rebajado con ginger ale y Roma se pide algo más clásico, el típico Mojito. A mí no me ha gustado mi trago a lo que hay que sumarle que sigo enganchado a mi medicación para el dolor de muelas, una mala combinación el alcohol con el antibiótico. Así que sin alargarnos mucho más nos volvemos al Hostel con la intención de dormir en una de las peores habitaciones en las que hemos descansado durante todo el viaje…
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